Diario de un altermundista

Ensalada de beneficios transgénicos

La Comisión Europea ha sucumbido a las presiones del lobby empresarial transgénico. Siguiendo sus indicaciones, ha aprobado el cultivo de diversos productos genéticamente modificados en la Unión Europea. De manera poco democrática, la Comisión Europea ha ignorado la opinión del 60% de los europeos, que se muestran en contra de los transgénicos o al menos por que haya una verdadera investigación sobre los efectos en las personas y en el medioambiente. Muchos son los aspectos que preocupan sobre los transgénicos, como informan desde una campaña europea hay que tener muy en cuenta la contaminación de cultivos orgánicos y del medioambiente, el impacto sobre el clima debido a la excesiva necesidad de pesticidas, la destrucción de la biodiversidad y de la agricultura local, y los posibles efectos de los alimentos transgénicos sobre la salud pública.  De seguir así, dentro de poco cuando vayamos a la verdulería pediremos patatas de BASF o maíz de Monsanto, o lo que es peor, será la única opción. Como bien informa la campaña, la mayor parte de las investigaciones científicas y de los argumentos que se utilizan en su regulación legal provienen de la industria de los organismos genéticamente modificados, más preocupada de obtener beneficios que del bienestar público. Es el efecto de la lógica del mercado transnacional a la agricultura. Para una gran empresa el mejor negocio es conseguir que nuestros agricultores compren semillas transgénicas que no den frutos cuyas semillas puedan servir para replantar, sino no habría negocio, o no tanto. Los efectos que estas semillas puedan tener sobre la salud es cosa del presupuesto de sanidad de cada país, que por el momento, no repercute sobre los beneficios de empresas como Monsanto.

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