Diario de un altermundista

¿Hay alternativas a la crisis del capitalismo?

Es la pregunta de los últimos meses, ¿qué alternativa hay al capitalismo? Algunos -la mayoría- ni se preguntan si hay alternativa, porque creen que lo único que debemos hacer es aguantar el temporal, esperando que la calma vuelva, en pocos años, en que somos conscientes que debemos apretarnos el cinturón, con la esperanza de librarnos de él muy pronto. Yo pondría en este saco tanto a los actuales  líderes mundiales e intelectuales afines que propugnan la refundación del capitalismo, como a los muchos ciudadanos, convertidos en simples consumidores desinformados, que  sueñan con tiempos mejores en los que poder volver a emular a sus ídolos de "corazón-corazón". En el otro, pondría a anticapitalistas varios, izquierdosos intelectuales, a herederos y nostálgicos del comunismo y socialismo de libro, a libertarios y anarquistas y a los nuevos antisistema, llamados altermundistas o antiglobalización. Muchos de ellos y también muchos otros desencantados con las formas tradicionales de hacer política se encuentran en los foros sociales, mundiales o locales, donde llevan hablando de alternativas al modelo hegemónico actual desde hace una década, como mínimo.La lista de alternativas es tan larga que aquí no procede detallar, pero lo que más sorprendería a los refundadores del capitalismo es que la alternativa no es únicamente de ordenamiento económico, sino que abarca todos los ámbitos de la vida, porque el capitalismo no es sólo un modelo en el que se inspira nuestra economía, sino que es toda una ideología, una manera de ser y de construir el mundo. Los altermundistas proponen cientos, miles de alternativas sobre economía social, desarrollo, trabajo, movimientos sociales, luchas de los pueblos, democracia participativa, identidades, nacionalismos, migraciones, derechos y libertades fundamentales, patriarcado, género, comunicación, educación y cultura, ética, espiritualidades, paz, desmilitarización, noviolencia, cuidado del medioambiente y ecología. Los refundadores del capitalismo sólo quieren salvar el sistema, con ayudas a quienes lo han hecho explotar (ellos mismos), pero mantener sus valores consumistas, individualistas y de competitividad, para mantener sus privilegios, para conservar su situación de poder. Cuidado con los refundadores, que puede que estén trabajando en alternativas al capitalismo, cuyo resultado puede ser peor. 

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