Diario de un altermundista

Peligrosa violencia verbal

Esta semana nos ha deparado dos buenas muestras de peligrosa incontinencia verbal, que podemos calificar de violentas. En muestra de su desacuerdo con la sentencia que archiva el caso de los imputados por las protestas del 25-S, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, calificó al juez Pedraz de "pijo ácrata", "impresentable", "indecente"... Al tiempo, José Manuel Castelao, presidente del consejo de Ciudadanía Exterior, nombrado por la Ministra de Empleo, Fátima Báñez, ante la falta de un voto para formalizar el acta de la reunión de la comisión de Educación y Cultura dijo: "No pasa nada. ¿Hay nueve votos? Poned 10...Las leyes son como las mujeres, están para violarlas".

Más allá del estupor, vergüenza o rabia que a cualquiera pueden generar estas palabras. Estos dos casos tienen algo en común, violencia. La violencia se muestra y ejerce de muy diversas formas. No debemos olvidar que con nuestras actitudes, comentarios y actos contribuímos a que haya más o menos violencia y, por tanto, a que el mundo en que vivimos sea mejor o peor. La decisiones políticas alimentan la violencia de las estructuras, con la perpetuación de injusticias y desigualdades, mientras las palabras de los políticos la legitiman. E incluso alientan otras violencias (a su vez totalmente rechazables), resultado de las políticas y de las palabras de éstos. Los señores Hernando y Castelao han mostrado una enorme irresponsabilidad con sus declaraciones, no solo por atacar a uno de los pilares del Estado de derecho (la independencia del poder judicial) en el primer caso; ni por mostrar y promover la violencia machista y las agresiones físicas a las mujeres, en el segundo. Sino porque estos dos señores han sido peligrosamente violentos y quizá debieran, de alguna manera, pagar por ello.

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