Al sur a la izquierda

Cómo frenar un Wikileaks andaluz

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. El tema de ayer era Cómo crear un Wikileaks andaluz y el tema de hoy es Cómo frenar un Wikileaks andaluz. Después de la espectacular goleada conseguida por la jueza Mercedes Alaya sobre la portería de la Junta en el anterior partido de la Liga de los ERE, el Gobierno andaluz iniciaba ayer una audaz remontada que, sin igualar el abultado marcador del partido de ida, pone la competición al rojo vivo. Alaya pidió la semana pasada a la Junta que le mandara las actas de los 480 Consejos de Gobierno habidos desde 2001 y la Junta replicó ayer que no. Sopesando delicadamente cada palabra, como hacían los intérpretes de los presidentes ruso y americano en sus tensos diálogos telefónicos durante la Crisis de los Misiles que a punto estuvo de desatar la mundial, la consejera Mar Moreno le dijo no a la jueza, pero se lo dijo poniendo cara, gesto y voz de decirle que sí. La Justicia es quisquillosa y toda precaución es poca.

El Gobierno no le dará esos papeles porque entiende que sería ilegal hacerlo, pues no en vano están blindados por la ley, y si la jueza no está de acuerdo se verán las caras en el Supremo. Tendrán que esperar quienes se frotaban las manos pensando que, por primera vez en la historia, acabarían en internet las decisiones tomadas por un Gobierno ¡durante diez años! No habrá Wikileaks andaluz. La Junta lo frenó ayer. De momento. Lo que sí habrá es una jueza cabreada y un choque político-judicial de los que hacen historia. En todo caso, si la Crisis de los Misiles no acabó en guerra mundial, la crisis de los ERE no debería enmendarle la plana. Aunque mejor no dar ideas.

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