Al sur a la izquierda

El PER, Duran i Lleida y Mourinho

Existe la política como gestión. Y la política como deliberación. Y la política como confrontación. E incluso como ficción. Y existe también la política como sobreactuación. La ira de los partidos andaluces ante las originales reflexiones de Duran i Lleida sobre la estrecha vinculación entre el subsidio agrario, el alcoholismo mañanero y el expolio a Catalunya ha tenido, en efecto, un poco de esa sobreactuación tan propia de los futbolistas que escenifican un dolor insoportable ante una patada del contrario, con el propósito de que su agresor sea expulsado del terreno de juego. Esta vez ha habido sin duda patada, pero como tantas veces ocurre en la política y en el deporte puede que haya sido una patada táctica, una patada verdadera pero hipócrita, dirigida no tanto a hacer daño al contrario, que también, como a dar tiempo al propio equipo para recomponer sus líneas.

Técnicamente, la de Duran sería, pues, una patada bajo sospecha. Si,a su vez, la reacción de los partidos andaluces es o no sospechosa lo veremos cuando se discutan en el Parlamento las dos mociones de reprobación presentadas por PSOE y PP. Si, tal como proclaman, estuvieran tan sinceramente indignados por la ofensa de Duran a los jornaleros, lo lógico sería que pactaran un único texto recriminando al impensable pensador Duran sus incursiones en el pensamiento débil. Desde luego, la moción socialista no busca precisamente la unidad, sino más bien meterle al PP el dedo en el ojo, imitando así al también famoso y no menos impensable pensador Mourinho. Mientras, la moción del PP se limita a ser dura con Duran y severa con sus tesis alcohólico-rurales, pero dejando quieto el dedito. Ambos partidos deberían, junto a IU, pactar una condena conjunta. No es que Duran, del disgusto, vaya a ingresar en un monasterio cuando se entere, pero quizá la próxima vez tenga más cuidado con sus dichosas pataditas.

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