Al sur a la izquierda

Los líderes difuntos no se tocan, nene

 

Hay muchas incógnitas sobre el congreso federal que el PSOE planea hacer en Sevilla en el mes de febrero, pero ninguna es tan interesante como si habrá o no habrá sangre en el propio cónclave y en los preliminares provinciales que habrán de elegir a los compromisarios. Aunque en realidad es poco exacto hablar de incógnitas en relación al congreso, pues la incógnita es el propio congreso como tal.

 

Cosas que no sabemos sobre el congreso federal: no sabemos cuántos ni quiénes se presentarán para liderar el partido. No sabemos si se barajarán ideas y propuestas para salir del paso en los meses siguientes o ideas y propuestas para afrontar los próximos años. No sabemos si existen tales ideas en el primer caso, en el segundo o en los dos. No sabemos si el congreso será de verdad o será de mentira. No sabemos si será como aquel del año 2000 en que salió elegido Zapatero o si será como los de antes de esa fecha. Suponemos que Rubalcaba y Chacón se van a presentar, pero no sabemos lo principal: no sabemos si están vivos o están muertos, porque también podría ocurrir que el congreso eligiera secretario general a un cadáver, lo cual podría dar tema a Tim Burton para rodar una nueva versión de La novia cadáver que podría titularse El líder fiambre o a José Luis García Sánchez para hacer otra que se titulara Los secretarios difuntos no se tocan, nene. No sabemos qué peso tendrá Andalucía. No sabemos si Chaves seguirá de presidente del partido, aunque parece que sí sabemos que Griñán no se postulará para sustituirlo. No sabemos si Zarrías continuará en la dirección federal.

 

Y también hay muchas cosas que no sabemos sobre los congresos provinciales andaluces: no sabemos si serán la ventanilla donde los agraviados internos acudan a cobrar sus facturas pendientes o serán simplemente una estación de tránsito y no el final de trayecto donde, ahí sí, habrá que ajustar por fin las cuentas atrasadas. No sabemos si la elaboración de las candidaturas al Parlamento andaluz será un buen instrumento para apaciguar ánimos montaraces e impedir que haya sangre en los congresos provinciales. No sabemos si ocurrirá incluso todo lo contrario, que al haber menos puestos de elección segura eso va a cargar los ánimos con la pólvora del desquite y el rencor. No sabemos si las batallas internas que apuntan tanto dinamismo en Cádiz, Jaén o Málaga darán la cara en esos congresos y si al darla acabará todo perdido de sangre.

 

Una cosa sí sabemos: que jamás el Partido Socialista celebró un congreso tan interesante como este.

 

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