Al sur a la izquierda

Programa, programa, programa

 

Esta vez a algunos partidos les toca tomarse el programa electoral en serio. No porque en general el programa electoral sea electoralmente importante, sino porque es lo único que tienen. Le toca, naturalmente, al PSOE y en menor medida a Izquierda Unida, pero no al PP, cuya holgada ventaja le permite hacer un programa que podría ir firmado por Antoñita la Fantástica sin que ello le supusiera quebranto electoral alguno. De hecho, Javier Arenas viene prometiendo desde hace meses todo lo que se le ocurre y un poco más, porque en su caso realmente el medio es el mensaje: el verdadero programa electoral del PP es el propio PP. Sus siglas están en alza y no tiene demasiada importancia que si llega al poder, haga cosas distintas o aun contrarias a las prometidas. Rajoy lo lleva haciendo desde que llegó a la Moncloa y el país no está precisamente ardiendo por los cuatro costados por ese motivo.

 

Aunque por distintas razones que para el Partido Popular, para Izquierda Unida tampoco es determinante el programa, porque es una formación en alza. No demasiado, pero en alza. Muchos votantes de IU saben que hay propuestas de la federación de izquierdas, sobre todo propuestas económicas, que si esta accediera al poder, le sería imposible llevar a cabo, porque ningún país, y menos aún una autonomía, puede llevarlas a cabo en solitario. Pero entienden esos votantes que alguien tiene que hacer esas propuestas, porque al menos sirven para preguntarse si realmente son tan buenas las que formulan los partidos que están a su derecha.

 

El verdadero problema lo tiene el Partido Socialista. Un problema con tres caras: una, que va por muy detrás en las encuestas; dos, que no hay dinero y es por tanto más difícil ponerse estupendo; y tres, que su margen de credibilidad se ha estrechado mucho tras treinta años de gobierno, hasta el punto de que debería mirar con mucha atención lo que prometió en los programas del pasado y no pudo cumplir, no sea que lo repita en este y algún alma caritativa y amante de la verdad se lo recuerde durante la campaña. De momento, se van a reunir este fin de semana en Málaga y para ir haciendo boca han preparado un borrador electoral que tiene 133 paginitas de nada. Lo que deberían hacer a partir de mañana en Málaga es resumir ese tocho de media docena de páginas, desarrollar una docena de propuestas, escoger tres o cuatro de ellas y dedicarse a repetirlas por todas partes. Naturalmente, esto es más fácil decirlo que hacerlo, pero, en fin, esa es la ventaja de dedicarse al periodismo y no a la política.

 

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