Al sur a la izquierda

La encuesta perfecta

Se dio a conocer este viernes, pero la izquierda andaluza ya ha empezado a llamarla La Encuesta Perfecta. La ha realizado el Instituto de Estudios Sociales de Andalucía (IESA), que a estos efectos viene a ser como el CIS andaluz, y su muestra es de casi 3.700 entrevistas en las ocho provincias. Es la primera alegría que se llevan los socialistas desde su dulce y fructífera derrota del 25 de marzo en Andalucía, es también el primer gran disgusto que se llevan los populares después del que ya se llevaron en aquella aciaga fecha y es también la primera ocasión en muchos años que Izquierda Unida rompe su techo y lo hace por razones diametralmente contrarias a las que le permitieron una hazaña similar a mediados de los noventa: la coalición subió entonces como la espuma pero lo hizo por saber decir NO, mientras que esta vez ha subido por haber sabido decir SÍ.

El resumen de los datos es este: el PSOE conserva su 39% de apoyo obtenido el 25 de marzo, Izquierda Unida sube casi cinco puntos hasta situarse en un 16% de respaldo y ¡noticia bomba! el Partido Popular se desploma como nadie pudo imaginar que se desplomaría un partido que la víspera del 25 de marzo estaba convencido, y con él la mayoría de encuestadores, analistas y observadores políticos, de que obtendría la mayoría absoluta y sentaría a Javier Arenas en el Palacio de San Telmo. El PP pierde casi diez puntos y se queda a 8,5 por detrás de los socialistas. La encuesta también convierte en noticia a UPyD, que roza el 6 por ciento de los votos situándose como cuarta fuerza política en Andalucía y con opciones inequívocas de obtener por primera vez representación en la cámara del Hospital de las Cinco Llagas.

La encuesta confirma algunas sospechas y despeja algunas dudas. La principal confirmación es que el PP empieza a pagar la factura de sus políticas y sus mentiras. Es cierto que las paga en con los escasos ahorros del presidente andaluz del partido, Juan Ignacio Zoido, y eso que el pobre no tiene culpa de nada, pues en estos pocos meses que lleva de presidente nada puede reprochársele aunque, ciertamente, nada pueda tampoco atribuírsele. Ni fallos ni aciertos. Empate sin goles. Juan Ignacio, 0-Zoido, 0. Ni frío ni calor. Cero grados. El Partido Popular de Andalucía debería ir pensando seriamente en hacer un congreso de verdad para elegir a un líder de verdad. Al designarlo presidente el PP ha conseguido que Zoido empiece a ser un mal alcalde de Sevilla, pero en absoluto ha conseguido que sea un buen presidente del Partido Popular.

Para Griñán y para Valderas  la encuesta es una bendición que no esperaban. El presidente andaluz gana posiciones en su pugna sorda pero real con la dirección de Ferraz que encabeza Alfredo Pérez Rubalcaba, para quien a su vez esta encuesta no es una buena noticia personal. Sí lo es política, pero no lo es personal. Que su partido no se hunda en el único sitio donde le quedaba por hundirse es una buena noticia. Pero no lo es que ese éxito vaya a ser capitalizado en exclusiva por su enemigo íntimo José Antonio Griñán, a quien esta encuesta convierte, como diría Pep Guardiola, en el puto amo del socialismo español: de ese menguado socialismo que desde hace más de dos años vaga, precisamente, como perro sin amo por los desolados ejidos de la política española.

Y lo mismo sucede con Diego Valderas en Izquierda Unida. La sombra de Juan Manuel Sánchez Gordillo es un poco menos alargada después de saberse gracias a la encuesta del IESA que la estrategia de pacto y entendimiento con el PSOE encarnada por Valderas está siendo comprendida y valorada por muchos más ciudadanos de los que votaron a IU en marzo. El incremento significativo de apoyo popular es un argumento más a favor de que Valderas opte de nuevo al cargo de coordinador regional pese a que los estatutos digan que no se puede. En esta ocasión bien podría decirse que lo que es bueno para la coalición es malo para los estatutos y viceversa. La militancia de IU tal vez debería ir pensando en ponerse a favor de los ciudadanos aunque ello le suponga ponerse en contra de los estatutos, tantas veces burlados, por otra parte.

Los andaluces, así pues, castigan al PP, premian a Izquierda Unida y se mantienen pensativos en relación al PSOE, al que siguen dándole el apoyo que le dieron en marzo pasado, pero al que no dejan de mirar con el rabillo del ojo, como fiándose pero sin fiarse, cuidado con esas manitas que te estamos viendo y no te quitamos ojo de encima.

A corto plazo la encuesta es buenísima para UPyD, muy buena para IU, buena para el PSOE y mala malísima para el PP. ¿La encuesta perfecta, pues, para la izquierda? ¿Una bendición del cielo? Puede, pero solo a corto plazo. Solo a muy a corto plazo, ya que midiendo las cosas con la vara del medio plazo los resultados son para echarse a temblar. Cuando se les pregunta a los andaluces qué partido consideran mejor para gobernar en Andalucía o cuál les parece más honrado o cuál se interesa más por sus problemas, en todos los casos, en todos, el mayor porcentaje de votos lo obtiene un partido llamado Ninguno. Se trata del peor partido posible. Un partido peligroso. Se trata del partido al cual se afilian los ciudadanos cuando están cabreados porque los partidos de siempre no tienen soluciones: a veces porque no las encuentran, a veces porque no las buscan y a veces por ambas cosas.

Es un partido que tiene mucho atractivo para mucha gente: inicialmente las cuotas de afiliación con gratuitas, pero eso es solo al principio; a medio plazo el coste de afiliación acaba siendo elevadísimo para todo el mundo, para los afiliados y para los no afiliados. ¡Cuidado, dirigentes de izquierdas de Andalucía! ¡Cuidado con ese partido nihilista y fantasmal de nombre Ninguno cuyas descreídas siglas están conquistando lenta pero inexorablemente el corazón de los abatidos ciudadanos de Andalucía!

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