Al sur a la izquierda

El año de 'lo que habría hecho el PP'

Lo más importante que ha ocurrido políticamente en Andalucía en el último año no ha sido tanto que haya gobernado la izquierda como que no haya gobernado la derecha. A primera vista puede parecer lo mismo, pero no lo es. Sobre este primer año de gobierno del Partido Socialista e Izquierda Unida ha sobrevolado incesantemente la idea de 'lo que habría hecho el PP' si en la primavera de 2012 hubiera obtenido la mayoría absoluta que casi todos le augurábamos. Al Gobierno de coalición que preside Griñán no lo está salvando tanto lo que él mismo ha hecho por sus propios medios como el contraste de sus menguadas hazañas con las barbaridades que habría cometido la derecha si hubiera gobernado.

Al Gobierno andaluz lo salva no tanto lo que ha hecho como lo que se ha negado a hacer; no tanto que haya creado empleo público como que haya frenado su destrucción; no tanto que haya mejorado la sanidad universal y gratuita como que no la haya deteriorado; no tanto que haya contratado nuevos profesores como que haya despedido a los menos posibles.

Pero todas esas cosas, que en realidad no son muy distintas de las que durante tres decenios ha venido haciendo el Partido Socialista en Andalucía, han tenido en este año transcurrido una importancia capital precisamente por la dolorosa viveza con que contrastan con las políticas practicadas por la derecha en comunidades como Valencia o Madrid o por el propio Gobierno de España. En estos malos tiempos hemos dejado de pedirle a nuestro Gobierno autonómico que gane batallas: nos  conformamos con que las empate. No le reclamamos que mejore el Estado del Bienestar, sino que no lo estropee. En estos momentos no queremos más Estado del Bienestar, simplemente queremos el mismo.

Si la persistente sombra de 'lo que habría hecho el PP' no hubiera operado como referente central en la memoria colectiva de los andaluces, la gestión del Gobierno de izquierdas, famélico dueño de unas arcas exhaustas, apenas habría merecido un escuálido aprobado. Es aquella espesa sombra lo que engrandece esta diluida gestión. El Gobierno de España está perpetrando tantos incumplimientos y violando tantas promesas, y los Gobiernos de Valencia o Madrid están despreciando tanto y tan impunemente tantos derechos de tanta gente que, sin pretenderlo, han salvado a los ojos de la gente este primer año de la coalición andaluza. No está claro, sin embargo, que lo que ha servido para el primer año sirva también para el segundo. Y del tercero ni hablamos. Hoy, en política, aguantar vivo un año cuenta al menos como cinco, aguantar dos años cuenta como diez y aguantar tres años... aguantar vivo tres años ni se sabe. De hecho, nadie hasta ahora lo ha conseguido.

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