Antonio Baños

Desde la mani

Si está leyendo esto, tanto en papel como en uno de esos trastos que traen internet, es que está o va estar en la manifestación. Porque me extrañaría que un lector de Público, tal y como son ustedes de rojeras, conscientes, activos y protestones, no aproveche la fecha para poner un poco de voz y color a las calles tras tanto silencio y tanta derrota.
Entiendo que los ánimos no sean aún primaverales. Mariano y el frío siberiano han sido inclementes. Y las cicatrices de los tijeretazos están frescas. Los afiliados a los grandes sindicatos, muchos de ellos viejos y fajados luchadores, se encuentren en un estado psíquicamente extraño. Tantos años de apuesta por la negociación con la patronal y el gobierno para acabar a decretazo limpio. Y esto, en espera del descabello de la ley de huelga, claro está. El sindicalismo minoritario, peleón e indesmayable, debe ahora también ponerse a ampliar pactos, acuerdos y acciones para que no se le ahogue la voz bajo la apisonadora patronal. El 15 M, magmático e intermitente como el volcán de Hierro, tiene hoy una buenísima oportunidad de irse de cañas con el mundo del trabajo al que no supo implicar a fondo la primavera pasada. Y tejer. Porque la mani de hoy, me da a mi la nariz, que debe ser un masivo, cabreado y potente speed dating. Los que no lleven una eternidad enparejados, saben que el speed dating es una modalidad de ligoteo controlado en el que un grupo de personas charlan durante pocos minutos, conociéndose al final todos con todos. Una manera de ver rápidamente cómo está el patio.

Hoy no tumbamos la reforma, ni acabamos con los recortes, ni dignificamos a funcionarios y sector público. Hoy todavía no. Hoy nos desentumecemos, nos peinamos y nos ponemos guapos para mostramos atractivos a los demás. A esos millones de españoles que todavía no se han sentido concernidos con el gigantesco atraco de la crisis. O con los que siguen paralizados por el lógico temor a lo que pueda pasar. Vámonos a un speed dating que consiga atraer a los no afiliados, a los no contratados, a los no nacionalizados y a los no aprobados. A la multitud que aún se aferra a una clase media que les acaba de ser arrebatada en pleno día y con su ley en la mano.
Músculo y seducción, eso es para hoy. Y mucho ligoteo entre sensibilidades, sectores y movimientos. Entre siglas y anónimos. Entre veteranos y debutantes. Hoy debemos pasear tranquilos y enérgicos. Sexys pero con determinación. Que se nos note el amor y la revuelta.

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