Apuntes peripatéticos

Blues de noviembre

Lo ha dicho Rubalcaba en este diario: los derechos civiles conquistados a lo largo de los últimos treinta años no son irreversibles. "Podemos ir hacia atrás", advierte. Claro que podemos. Si el PP consigue en estos comicios la mayoría absoluta, se verá pronto hasta qué punto. ¿No lo ha dado a entender así su comportamiento parlamentario a lo largo de la legislatura? Con tal de llegar al poder todo le ha valido: insultos, insidias, calumnias e incluso que un expresidente del Gobierno –para más inri asalariado de Rupert Murdoch– haya puesto reiteradamente en tela de juicio, desde el extranjero, la credibilidad de las instituciones de su propio país. Este es el partido insolidario que, si las encuestas no están fallando, los españoles se aprestan a apoyar de manera mayoritaria en las urnas, cuando hasta The Wall Street Journal y The Economist –vademécums del neoliberalismo internacional– acaban de criticar las "imprecisiones" del programa de Rajoy.

Don Mariano ha declarado en la Cadena Ser que "estar ubicado en los grises es estar situado en la sensatez". Debe saber lo que dice, puesto que es uno de los líderes conservadores españoles más grises de todos los tiempos. De lo que no puede presumir, desde luego, es de ser magnánimo, cuando magnanimidad es justo lo que le hace falta a una derecha nunca dispuesta a admitir pasadas injusticias.
Este 20 de noviembre habrá una celebración especialmente ofensiva en el Valle de los Caídos, donde por lo visto Franco y José Primo de Rivera van a descansar juntos in secula seculorum. No me entusiasma el panorama y, con la venia de ustedes, me tomo un descanso.

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