Aquí no se fía

El peligroso juego de las pensiones

El juego que se trae entre manos Mariano Rajoy con las pensiones es muy peligroso, por más que desde su Gobierno, desde su partido y desde sus medios afines intenten quitarle hierro. Y es muy peligroso porque ha puesto patas arriba las cuentas de la Seguridad Social, que lleva toda la legislatura tirando del Fondo de Reserva para poder pagar puntualmente a los jubilados.

Cuando Rajoy llegó a la Moncloa, tras ganar las elecciones de noviembre de 2011, la llamada hucha de las pensiones contaba con 65. 000 millones de euros. Y ahora tiene prácticamente la mitad, después de haber recibido sucesivos hachazos, el último de ellos hace unos días, en que se han retirado de golpe nada menos que 7.750 millones para hacer frente a la extra de Navidad.

A este ritmo, según alertan los expertos, el fondo se agotará en 2018 y nos quedaremos sin el colchón creado para que el sistema resistiera la jubilación masiva de personas nacidas al calor del baby boom, prevista para mediados de la próxima década. De las pensiones de la Seguridad Social son beneficiarios ya ahora nueve millones de personas, una cuarta parte de nuestra población.

Esta preocupante situación financiera obedece a la persistencia de una alta tasa de paro, pero también al modelo de creación de empleo propiciado por Rajoy. El abuso de la temporalidad, los salarios bajos y las bonificaciones a la contratación conllevan una grave merma de la cotización media, que se encontraba el pasado mes de octubre en mínimos de los últimos seis años.

En su recorrido preelectoral por programas de televisión del más variado pelaje, el presidente no ha dado muestras de ninguna preocupación por este problema. Y durante el debate entre los líderes organizado por El País a principios de la presente semana nadie ha podido preguntarle, porque decidió ausentarse para evitar que sus contrincantes pudieran ponerle  en un  aprieto.

Más aún: en la entrevista que Pedro Piqueras le hizo ese mismo día y a la misma hora en Telecinco, prometió reducir las cotizaciones a los empresarios que transformen contratos temporales en indefinidos, si logra revalidar como presidente. Es decir, que paguen a la Seguridad Social menos de lo que están pagando, con el consiguiente perjuicio para sus quebrantadas arcas.

Yo no sé si Rajoy seguirá gobernando y menos todavía si, en tal caso, cumplirá esa promesa. También ignoro si ayudaría a reducir la temporalidad, aunque es probable que sí. Pero no me cabe duda de que para el sistema público de pensiones sería otra vuelta de tuerca en el peligroso juego del que lleva siendo víctima toda esta legislatura.

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