Aquí no se fía

El éxito arrollador del austericidio

Estarán satisfechos los talibanes del ajuste después del anuncio hecho por el FMI de que, a pesar de las políticas preconizadas por ellos, la crisis de la deuda puede prolongarse en España nada menos que diez años. Según el último informe del Fondo, presentado esta misma semana por su economista jefe, el francés Olivier Blanchard, no es previsible que el déficit público haya bajado del 5,5% ni siquiera en 2018. Y eso significa que no habrán servido para equilibrar las cuentas públicas los innumerables sacrificios exigidos a los ciudadanos por el Gobierno, ahora el de Rajoy y antes el de Zapatero.

Este fracaso colosal, al que tanto han contribuido la Alemania de Angela Merkel y los tecnócratas bien pagados de Bruselas, sólo puede sorprender a quienes no quisieron ver lo que se nos venía encima. A fuerza de darle hachazo tras hachazo al presupuesto, sin el acompañamiento de medidas que contrarrestaran sus efectos recesivos, era imposible que nuestra economía fuera a otro sitio que a la más absoluta ruina. Sólo hay que echar un vistazo a las principales previsiones del FMI para comprender la magnitud del austericidio, que en 2013 nos dejará una insoportable tasa de paro del 27%.

Para ocultar sus vergüenzas, el Gobierno de PP sigue empeñado en hacernos creer que el año próximo llegará la ansiada recuperación y empezará a enderezarse la gravísima situación del empleo. Ojalá sea así, pero ni el Banco de España, ni la Comisión Europea, ni por supuesto el FMI han sido capaces de encontrar, a día de hoy, razones suficientes para avalar ese interesado optimismo. Todo lo contrario: es opinión compartida por los tres organismos que, si no ocurre un verdadero milagro, en 2014 -con una caída del PIB del 0,8%- continuaremos sumergidos en la crisis hasta el cuello.

Con motivo de la última sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, Rajoy anunció que la semana que viene lanzará un nuevo plan de reformas, que afectará a la iniciativa empresarial y a las pensiones. Mala cosa, dicho así, porque las decisiones que ha tomado hasta ahora sobre ese particular han sido bastante onerosas. A los autónomos les ha subido de forma significativa el IVA y las retenciones a cuenta del IRPF, y desde que la derecha volvió al poder a finales de 2011 las condiciones de jubilación de los trabajadores han empeorado sustancialmente.

Como es habitual, Rajoy, su partido y el coro mediático que le alienta dirán que la culpa la tiene Zapatero, pero desde luego no la tiene del todo. El gran error del último presidente socialista fue dejarse vencer por un ataque de pánico en mayo de 2010 y abrazar las políticas de corte neoliberal en las que luego el PP gustosamente ha ahondado. Pero Rajoy va para año y medio en la Moncloa y en este tiempo no sólo no ha arreglado nada, sino que ha hecho más destrozos aún, sumiendo a la sociedad española -incluidos quienes le votaron- en la más completa desesperanza.

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