Puntadas sin hilo

IDENTIDAD ESPAÑOLA

 

Tal vez las dos nuevas señas de identidad española sean:

 1. Puedes decir sin pruebas lo que quieras - infundios, insidias, patrañas -, y no te pasa nada.

 2. Nunca nadie convence a nadie de nada.

 Ya no son la envidia ni los celos.

 El presidente de la Comunidad murciana, Valcárcel, insiste en implicar al PSOE en la agresión a su consejero, Cruz, sin  ofrecer prueba alguna, con una serie de conjeturas que rayan en lo grotesco. Rajoy y Cospedal (esa experta en insidias) abundan en lo mismo y en la simple acusación gratuita, y el agredido Cruz, haciéndose el bueno, va más allá y afirma, con ciencia infusa y pericia policiaca, que en su agresión no hay un único culpable, recordando chácharas con adversarios políticos. Ninguno de ellos ha presentado en el juzgado pruebas o indicios sólidos. El infundio por el infundio. Mejor dicho, por intereses políticos, por no decir calumnias y sin que a ninguno de ellos le pase nada ni se les turbe la conciencia. Son inmunes. ¿No había una cosa punible que se llamaba temeridad?

"El fiscal apoya a Garzón en su recusación a jueces del Supremo en el asunto del juicio por los crímenes del franquismo". Es la primera vez que el Ministerio Público respalda la recusación de un tribunal casi al completo. ¿Creen ustedes que el Tribunal Supremo va a hacer caso a Garzón y al Fiscal, representante de la legalidad? El peor vidente o analista dirá que no. Tiempo al tiempo. Cualquier estudiante de tercero de derecho procesal sabe que el juez que haya intervenido en las diligencias del caso y haya tomado decisiones sobre ellas, no podrá ser quien juzgue, que es lo que alega Garzón y respalda el Fiscal. Lo dice no sólo el Tribunal de Estrasburgo, sino el sentido común.

 Algo pasa, pues, en el Palacio de Justicia.

 Pasa que nunca nadie convence a nadie de nada.

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