Puntadas sin hilo

Algo huele a podrido en el PP

 

Empiezo  a sentir náuseas con la política de difamaciones del PP y periodistas adyacentes. Les da igual lo que sea. No tienen el menor escrúpulo con sus miserias informativas, perdón, destructivas. Destrozan familias y créditos profesionales. Si es la hija del ex presidente andaluz Chaves dicen lo que sea y no rectifican ni aunque el Tribunal Supremo decida que no había ni el menos asomo delictivo en el contenido de la acusación. Si se trata del hijo, agente inmobiliario, lo mismo, lanzan a la opinión sus acusaciones con documentos robados, y no acuden a los juzgados, que para eso están, sino que lo derivan al Parlamento, esa casa ya tantas veces violada. Calumnian al doctor Montes y tampoco tienen la gallardía de disculparse cuando los tribunales les han quitado la razón. De una información de la policía a ETA tampoco respetan los momentos procesales, condenan a su antojo desde el primer día, y también lo llevan al Parlamento en un triste récord de preguntas repetidas, distinguen o mezclan a su arbitrio las responsabilidades judiciales y políticas, las mismas que no respetan si se trata de uno de los suyos, como es el caso del presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps. Son inocentes, pero alargan los recursos hasta lo indecible en un "afán" de que la justicia sea rápida. Al denunciante, el portavoz socialista Ángel Luna, lo denuncian y es quien va a juicio, como el regador regado. Todos son inocentes e intocables, y los demás, no. Utilizan argumentos peregrinos y repulsivos. El juez Garzón sale trasquilado y es expulsado de la carrera. Los imputados van en sus listas. Es una forma de envilecer la política y la vida.

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