Puntadas sin hilo

Los infiltrados

 

Me da un poco de miedo escribir este artículo, pero vamos a ver:

Los dos mil indignados que impedían la entrada en el Parlament, ¿eran infiltrados? Porque impedir la entrada fue lo verdaderamente grave. Lo otro, insultos, esprays, etcétera, fueron los medios utilizados para conseguirlo.

Y los muy mayoritarios que no estaban de acuerdo, ¿por qué fueron, a qué fueron, por qué no se marcharon? Quienes tienen que controlar la violencia son ellos, quienes no están de acuerdo. Respecto a tomar la parte por el todo: Si una parte está infectada y no se extirpa sin titubeos, el todo se infectará.

Todo el mundo tiene derecho a protestar, pero no a avasallar a nadie. No es admisible decir "impongo mi ley". Nadie tiene ese derecho. Ni ultras, ni izquierdistas furiosos. Nadie. Este país no tiene amo. Ni éstos ni ninguno.

Yo admito la posibilidad de que tenga razón una parte o la otra. Ustedes, no.

Por las razones que sean, en democracia toda fricción política termina en un juzgado. Sean pues los jueces los que decidan quiénes fueron los agredidos y quiénes los agresores. Y quién comenzó la agresión. Sean ellos quienes decidan si los supuestos infiltrados eran provocadores policías, viendo vídeos y demás pruebas, y no nosotros, por otra parte, sin grandes medios técnicos. O si eran grupos ultra o de cualquier tipo ajenos a los reunidos. Claro que es frecuente dudar de la honestidad de los jueces si no deciden lo que nosotros queremos. También dudamos de los jueces superiores que ven los recursos. Dudamos de todo: jueces, fiscales, policía, etcétera. Dudamos de todo, salvo de nosotros, que somos puros e inmaculados e interpretamos vídeos y toda clase de información sin contrastar.

¿No es recurrente lo de los infiltrados? Y aunque los haya, cosa probable, como en todo el universo, ¿se infiltran para provocar o para recoger información?

No se tomen por consejos, ni muchísimo menos; son dos pequeñitas opiniones: Se dice con insistencia que mucho más grave que la violencia ocurrida anteayer en Barcelona es la violencia ejercida por Parlamentos y clases poderosas dominantes. Cierto, ciertísimo. Pero son términos de dos ecuaciones no equiparables, y por tanto las soluciones no deben ser las mismas: una, la de anteayer es una violencia directa, pura y dura. La otra, siendo más grave, debe tener un planteamiento distinto. Y es el voto. La exigencia de claridad y transparencia. Yo quiero vivir en un país claro y transparente. Por eso creo que este Movimiento 15-M debería canalizarse a través del Parlamento, o al menos constituirse en Asociación desde la que precisar sus pretensiones. El caos o falta de estructura no valen para nada práctico. España tiene unas instituciones que nos permiten no vivir en el caos. También creo que deberían tener una voz única y representativa. Por ahí podrían tramitar sus denuncias a los que creen infiltrados.

Finalmente: como escribió ayer el lector Caristios, los políticos están jugando con fuego con sus políticas económicas y sociales, y todos podemos arder, incluidos ellos, si prende la chispa del descontento y la injusticia.

Gracias.

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