Puntadas sin hilo

El patrimonio de los parlamentarios

 

 

 1. Me parece lamentable la incredulidad de la gran mayoría de ciudadanos hacia los parlamentarios, acusándolos tácitamente de falsedad documental, y pensando que son unos maleantes. Y, en mi opinión, son intolerables las afirmaciones de quienes mantienen que pueden tener bienes ocultos o a nombre de otros. Es el eterno y terrible vivir en la sospecha permanente.

2. Creo que son los que menos ganan y menos patrimonio tienen de los parlamentarios europeos, incluso habida cuenta de la proporcionalidad de los niveles de vida.

3. Es una indecente temeridad afirmar que no es posible que tengan esos patrimonios, aunque sean el resultado de toda una vida, como por ejemplo pueda ser que el senador Fraga, con más de 90 años, tenga un patrimonio de casi un millón de euros.

4. También es lamentable que la publicación de estos datos constituya algo morboso, para el chismorreo, el populismo barato, y la crítica sin un mínimo de fundamento, y como si fuera un programa rosa o basura de televisión. Y resulta cómica y grotesca la presentación que se hace, como si fueran los regalos de Reyes o los premiados del sorteo de Navidad: Rubalcaba, un millón: Rajoy, 600.000 euros, cuatro casas y una oficina; Zapatero, una casa en construcción en León y 158.000 euros; Elena Salgado, un apartamento en los Alpes; Soraya, hipotecada; Chacón, tres hipotecas; Arenas, 1.000 acciones de Telefónica; Llamazares, 300.000 euros. Y luego una amplia pedrea de agraciados.

5. Las actividades no estrictamente parlamentarias que pueden ejercer están reguladas, autorizadas y vigiladas. Si no se está de acuerdo lo procedente es denunciarlo, y sobre todo votar a un partido que las prohíba.

6. Mucho más sangrantes son los sueldos y prebendas de casi todos los representantes autonómicos de primer y segundo rango, así como cargos en otras actividades del Estado, y nadie protesta.

7. Siendo una buena parte abogados, profesores, médicos, ingenieros, etcétera, y aunque sus emolumentos sean con cargo al erario, esos emolumentos son ridículos si se comparan con actividades parejas en el sector privado: abogados, médicos, dentistas, profesionales y pequeños empresarios declaran una media de 7.200 euros menos que los trabajadores y pensionistas.  Y no digamos con representantes de la Cajas y Banca, en buena medida dependientes de lo público.

8. Es terrible que ésa sea la gran noticia del día. Resulta  increíble: en el país de las irregularidades, se concede atención preferente a lo que no es irregular.  Ahora va a resultar que ése es el grave problema de la democracia, cuando, además, ese gasto es irrisorio en la contabilidad nacional. Y finalmente recordar que hace algo más de un año diputados y senadores se bajaron sus sueldos un 10%.

 

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