Puntadas sin hilo

Parecía que

 

 

Parecía que la Liga, como la política, era cosa de dos, y el Valencia y hasta el Levante se les han subido a las barbas.

Parecía que iban a cazar faisanes de oro, y era de plástico, como el pavo aquel de Navidad de Bush. Parecía que los medios de comunicación ultras y semiultras se avendrían a razones, pero ¡quiá!, les da igual lo que sea, Tribunal Constitucional, Audiencia Nacional, los ultrajan si no dicen lo que ellos quieren que digan.  Parecía que Gómez Bermúdez era un estómago agradecido por las condecoraciones recibidas, pero resulta que no solo ha sido Bermúdez sino los 15 jueces del Pleno. Parecía que en España no hubiera millones de delitos indiciarios sin resolver ni señalar culpables, y en el mundo trillones.

Parecía que la educación era indispensable para el progreso de un país, pero se recorta en ella y no en automóviles.

Parecía que iban a renovar las listas electorales, y son los mismos. Parecía que la Ley Electoral era injusta, y no solo se confirma que lo es, sino que no la van a cambiar porque ninguno de los dos quiere apearse del burro de sus privilegios.

Parecía que los trajes de Camps eran de las tiendas más caras, y resulta que su abogado alega que no puede ser delito porque eran baratos.

Parecía que la censura había desaparecido de España, pero ya con el Consejo de Radiotelevisión están haciendo experimentos e intentos en contrario, y no los destituyen automáticamente.

Parecía que la Constitución Española decía que España es un Estado aconfesional, pero parece que lo que dice es que España es un Estado uniconfesional.

Parecía que robar era un delito, pero solo si son gallinas.

Parecía que se iba a aclarar por qué el director del aeropuerto sin aviones de Castellón cobra 84.000 euros, más que el presidente de la Comunidad Autónoma. Por qué el chófer del presidente de la Diputación de Málaga cobra 54.000 euros. Por qué los consejeros y ¡viceconsejeros! Autonómicos cobran más que el presidente del Gobierno de España. Y por qué todos los presidentes de todas las Comunidades Autónomas también cobran bastante más que el presidente del Gobierno. Y saber cuánto cobran los miles de asesores nombrados a dedo en el Gobierno, en todas las Comunidades Autónomas, en todos los Ayuntamientos, en todas las Diputaciones. Y los consejeros de Radiotelevisión española. Y los presidentes de múltiples organismos, Defensor del Pueblo, presidente del Tribunal Constitucional, magistrados del Tribunal Constitucional, presidente del Congreso de los Diputados, presidente del Senado, presidente del Tribunal Supremo, presidente del Consejo de Estado, miembros vitalicios o no del Consejo de Estado, presidente del Tribunal de Cuentas, y todos los cargos equivalentes en todas las Comunidades Autónomas. Y todos con dinero del Estado, es decir, nuestro. Amén coches, chóferes, teléfonos y aditamentos, retiros, pensiones, etcétera. Y que no hacen su trabajo mejor que un cuasimileurista, que un profesional avezado, que un parado cuyo trabajo consiste en estar en la cola del INEM.  Pero no, no se va a aclarar ni a rectificar.

Parecía que las Cajas de Ahorros eran cajas de créditos para miles y miles de ciudadanos modestos, y las han convertido en Bancos de negocios para unos pocos poderosos, y todo a pérdidas evaporadas sin responsabilidades.

Parecía que Europa era una realidad coordinada, pero aún es un despropósito, que va arruinando países y dañando a ciudadanos inocentes.

Parecía que todas las autonomías de cualquier signo tuviesen buena voluntad, pero es dudoso que la tengan.

Parecía que ningún español quería que España fuera intervenida, pero no es temerario decir que hay millones de españoles que lo desean. Incluso hay quien dice que es mejor salirse del euro.

Parecía que ser víctima era dolor, y muchas veces resulta que es un oficio.

Parecía que la revolución era una quimera, y lo es, pero están empezando a salir brotecitos, pese a que las condiciones socioeconómicas aún no sean las precisas.

Parecía que cosas como ésta que le ocurre al lector Alvora no podían ocurrir:  "Acabo de enterarme ahora mismo que mi sobrino, un muchacho de 17 años que vive en una localidad del extrarradio de Madrid, con una tasa bastante elevada de exclusión, no tiene plaza en un instituto público. Es un muchacho que por problemas de entorno suspendió dos asignaturas en junio. Ha sido capaz, con mucho esfuerzo propio y de sus padres, de retomar la senda correcta y aprobar, con bastante nota en septiembre.
Hoy le han cortado el acceso a seguir estudiando. Hoy le han condenado a que abandone definitivamente los estudios. Hoy han premiado su esfuerzo para recuperarse de un bache excluyéndolo. Hoy le han abierto el futuro luminoso de la precariedad absoluta en este mundo desalmado que construyen a golpe de "reforma" los unos y los otros. Es tan sólo un muchacho más, uno de esos muchos niños y niñas que los cainitas dejan tirados en la cuneta de la sociedad. Hoy, a sus padres, les han dicho que no tienen obligación alguna de escolarizarlo, que si quiere estudiar que vaya a la privada. No pueden pagar un centro privado, eso de la "libertad" de elección no está a su alcance. En el modelo de "justicia social" que proclama el pp son personas que no se merecen nada: no han sido lo suficientemente "listos" para acceder a esa clase de españoles de bien que tienen libertad de elección de centro: tan sólo han trabajado como burros durante toda su vida.  Y mientras tanto 3000 profesores interinos se van a la calle. Y mientras tanto los españolitos "de bien" que llevan sus hijos a la privada se desgravan hasta 900 € a expensas de mi sobrino. Y mientras tanto 90 millones de euros que debían invertirse en Educación Pública van a manos privadas. Y mientras tanto la "presidenta" gasta más de 600 millones de euros anuales en ornato y difusión de su reinado. Y mientras tanto..... yo cada vez más indignado. ¡¡Rediós que asco me dan!!".

Pero ocurren.

 

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