Puntadas sin hilo

El alma de los políticos

 

 

Le pregunté a un famosísimo cirujano: Usted, que ha abierto tantos cuerpos, ¿ha visto el alma? El cirujano, cuyo catolicismo me consta, me contestó: No, no la he visto, pero tiene que estar por ahí, en alguna parte. 

Pues lo mismo puede decirse del alma de los políticos; no se les ve, pero en alguna parte debería estar. Aunque a juzgar por los hechos, es dudoso. ¡Qué asco de demócratas! El especulador de noticias y relevante Vicesecretario General de Comunicación del Partido Popular, Esteban González Pons, ha declarado que, ante la noticia no vista de un agujero en las cuentas del Estado, su partido condiciona sus promesas electorales a la situación financiera. Con lo cual queda inaugurada La legislatura de las excusas y del chanchullismo informativo. Cuando el 20N lleguen victoriosos, antes de que acabe el mes dirán que el pufo del Gobierno anterior es gigantesco, y los del Gobierno anterior dirán que tal pufo no existe. ¿No debería ser obligatorio rendir cuentas públicas y fehacientes a los españoles antes de las elecciones y en consecuencia votar a uno o a otro o a otro o a ninguno? No, es mejor que campe la sospecha y la disputa. Realmente la política parece un blog en el que todo el mundo ande a la gresca.

Y el neocirujano de la economía y la política que España está a punto de contratar, Mariano Rajoy, ¿dónde tendrá el alma si la tiene? Pues ya lo saben, depende, por ahí. ¿En verdad cree Rajoy en conciencia que va a arreglar España él solito con las dos chorraditas que ya ha dicho y su misteriosa Caja de Pandora sin abrir? Asco de democracia. Juegan con España como si efectivamente fuera un experimento con gaseosa: tú has fracasado, ahora me toca a mí jugar. Esto está chupado, pero claro, luego viene la realidad y las burbujas de la gaseosa le comienzan a estallar, que si los agujeros, que si esto no es tan fácil como creía, que yo no soy el milagro como Aznar, que habrá que esperar, y mientras tanto les apretamos la cincha hasta casi la asfixia. Aunque con ello dé pie al nacimiento de la insumisión civil generalizada. Asco de democracia la vanidad encubierta y la falta de humildad y realismo político. La conciencia de los políticos es un pozo sin fondo. Señor Rajoy, si cree o teme que haya tanto agujero, márchese, renuncie, pero no vengan ya con mandangas. No le necesitamos. Si quiere gobernar, gobierne, pero disculpas, ni una. Rajoy, el rey de las disculpas, y González Pons, su edecán. Va a resultar que a España solo podríamos salvarla los ciudadanos, sin ustedes, los sin alma. Ustedes van a ser como esos directivos sin escrúpulos que se prejubilan y cesan con su futuro asegurado con suculentos planes de pensiones de por vida y sin ninguna responsabilidad moral, penal, civil o política. Ya están haciendo méritos. Repito: ¿Por qué no tiene usted el coraje democrático de exigir rendición pública de cuentas antes de su soñado 20-N, en lugar de tanta insidia? Ah, una cosa: su valida la fenomenal Cospedal ya ha dicho que habrá que replantear la actual cobertura de paro. No, no se refería a que vayan a ampliarla, lo confirma, ¿no? ¿Es eso un recorte? La cincha aún más prieta. Y otra cosita para la soledad de su soberbia y su alma de plastilina: Goldman Sachs, ya sabe, los pilotos del mundo, prevé que España volverá a la recesión. Claro, es culpa del agujero.

Como dijo hace días el últimamente denostado lector Arlekín, España es, en sí misma, un terrible suceso... político, añado yo. ¡Hay que ver lo que contribuyen todos ustedes para que los ciudadanos les desprecien!  Porque, ¿tienen alma los políticos?

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Gota del día: ¿Por qué tanta gente ridiculiza la boda de la duquesa de Alba?    Felicidades.

 

15-O.  La encrucijada.

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