Puntadas sin hilo

Los ministrables

 

 

Que Rajoy es un político magnífico lo demuestra el hecho de que la gente ya comienza a tomarlo a chirigota, y salen chistes sobre que es capaz de agotar la legislatura sin desvelar su programa económico. Es lo que se llama reír por no llorar. Pocos gobernantes en la Historia han perdido la confianza del pueblo en un día. Confianza que tanto reclamaba. Porque ¿alguien cree que este Señor de los hilillos va a arreglar algo que no sea cubrir España de harapos?

Desde Don Pelayo, el placer máximo y más morboso de la política ha sido jugar a las adivinaciones de quiénes ocuparían los cargos principales, especialmente de ministros ya en la época moderna. Nunca nadie acertó nada, ésa es la salsa. Porque el primero en sentir ese placer siempre fue el del que tenía que hacer los nombramientos, consciente de su poder. Los segundos fueron los aspirantes, que no sabían con tiempo suficiente si tenían que encargar un traje nuevo para la jura o harían el ridículo ante el sastre. Conozco cuatro casos de ministros, palabra, uno de ellos mujer, que tuvo que ir precipitadamente a un prêt-à-porter. Y los terceros en sentir tal placer morboso siempre han sido los propios ciudadanos relativamente interesados en la política, que ven en esto su programa televisivo del corazón un poco más chic, pero poco porque al fin se trata del puro cotilleo. Y es que, ¿qué más da a quien nombren?, ¿o acaso alguien cree que no van a hacer lo que les manden? Si uno de los hándicaps de la democracia es la sumisión obligada al partido de los diputados, ¿cómo se van a rebelar unos señores, muy competentes, sí, o eso se creen, pero nombrados y destituidos a dedo, capricho y pago de favores? Y cuando ya todo el mundo sabe que España está gobernada por una señora desde Alemania. O sea que por favor no hagan chistes sobre el programa oculto de Rajoy porque está bien clarito: es lo que ordene la tal señora.

Por lo demás, y para goce de los chismosos, entre los que me encuentro, parece que el Messi Soraya Sáenz de Santamaría ocupará plaza importante, mientras la Cristiana Ronalda Cospedal se quedará en el banquillo no azul, por jugar en la selección castellano-manchega y ser socia principal en la Dirección del Partido. Gallardón quiere ser Iniesta, pero padece tirones musculares de soberbia y falsa humildad, aunque finalmente será titular.  Los citados por MouRajoy Ana Mato y Arias Cañete, el de ‘ya no quedan camareros como los de antes’, son como Lass y Pepe, dos defensas leñeros. El resto de la alineación aún no ha salido, porque Mou no tiene cuaderno azul, solo un pequeño block en el que va tomando notas. ¿Habrá algún opus? ¿Y legionario de Cristo? ¿Un durísimo y teapartista aguirrista? ¿Y un leal y no menos duro aznarista? ¿Alguien realmente de centro?  Botica.  Portavoz, pero no ministro, oh, desolación, puede ser Esteban González Pons, una voz, como se sabe, incapaz de proferir algo que no sea una maldad.  Como se sabe también, la confirmación de los ministrables es la máxima preocupación actual de los cinco millones de parados, y es de lo único que hablan en la cola del INEM.

Yo es que paso de política, viva lo light. ¡Rajoy dimisión! Porque la política española empieza a parecer un partido entre Villapardillo de Arriba y Villapardillo de Abajo, o sea, el PSOE. Como siempre, como en los viejos tiempos.

 

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Gota del día:  Juguemos a adivinos:  ¿Qué creen ustedes que pasará en España en los próximos cuatro años?

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