Puntadas sin hilo

Morbo

 

 

Estaba yo equivocado: Lo de Camps tiene morbo, lo de Urdangarin tiene morbo, y lo de Garzón tiene morbo. Lo que no tienen es lógica.

En lo de Camps conviene aclarar que por lo que exclusivamente se le juzga es por un delito de cohecho menor o impropio, por el que el Fiscal solicita una multa de 41.000 euros, y no cárcel. Esa pena, y no más. Tiene pendientes otras cuestiones de financiación ilegal del PP, y apropiación de fondos con motivo de la visita del papa Benedicto XVI a Valencia, que aún están en periodo procesal en verificación. Por ello, si se le condena, la decepción popular será enorme por la levedad de la pena y el morbo dará pie a opiniones como ‘claro, estaba cantado, se sabía, es una condena simbólica, la justicia ya se sabe que no alcanza a los poderosos e importantes. Pero el morbo desencadenará ira si es absuelto, puesto que en la ley se declara la inculpabilidad con el voto de cinco de los nueve jurados, y también se sabe que en la creencia popular los ciudadanos-jurado  deciden y votan conforme a sus tendencias políticas y no como nosotros, que, impolutos, siempre lo haríamos con decencia. En fin, como culebroncillo no está mal, y así tendremos una prenavidad amena. Nunca se verá  como la consagración de la catástrofe moral de las autonomías y sus desmanes.

Lo de Urdangarin, en una mezcla del ¡Hola político! y  la Constitución, lleva a romper el enroque del Rey, ‘obligarle’ a hablar, y si, como se anuncia, hará público el detalle de en qué se gasta el dinerete de 8,4 millones de euros que anualmente le damos los españoles, tendremos la ocasión morbosa de pasarlo bomba mientras buceamos en los gastos más rosa, estériles y llamativos, si los hubiere, aunque podemos encontrarnos con la decepción de lo genérico, diciendo tanto para tanto, tanto para Fulano, y tanto para lo personal, sin más explicaciones y sin que estén recogidos los gastos de peluquería y de la comida de los perros, para nuestra decepción del morbo del corazón y del ansia republicana. La Monarquía salvará el pellejo, y Urdangarin será condenado dentro de un par de años o así, dado lo enrevesado que se prevé el sumario. Y le embargarán, cual dación en pago de varias hipotecas devengadas a organismos públicos y empresas privadas, que saldrán indemnes, dice mi bola de cristal.

Y lo de Garzón es lo menos rosa y morboso, pero es lo más sangrante para la democracia. Una persona que, jugándose el tipo, más contribuyó  al encauzamiento y derrota de ETA, y la que más, y única, hizo para reparar las brutales injusticias del franquismo que cercenó y degradó al país, se verá sometida a la purificación legal de nuestro sistema judicial y político, a la iracundia y venganza de tanto facha como circula por el país, y a las sutiles y delgadas disquisiciones de nuestros egregios magistrados, con la espada del descrédito internacional  volando sobre ellos y sobre nuestra democracia. Pero será una cuesta de enero llena de melancolía y morbo de muchos quilates.

Y mientras tanto, Rajoy, tirador de piedras y escondedor de manos, haciendo ya de las suyas.

Finalmente recordar que la palabra morbo, morboso, morbosidad, significa enfermedad.                                      

 

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Gota del día: ¿Quién preferiría usted que le juzgase, jueces de carrera o un jurado popular?

 

Regota:  ‘El Rey aparta a Urdangarin de los actos oficiales porque no ha tenido un comportamiento ejemplar, dado que hasta ahí puede llegar para respetar su presunción de inocencia’.  ¿Pero decir que  no ha tenido un comportamiento ejemplar es respetar la presunción de inocencia de Urdangarin?

 

Gota supermaravillosa:  Un  vídeo muestra con vida a los dos cooperantes españoles secuestrados en Tinduf.           (Contragota: ¿Pagará Rajoy bajo cuerda el rescate, que tanto criticaba en la oposición?)

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