Puntadas sin hilo

Siento decir

 

 

En esta puja al alza sobre la ruina de España, Sáenz de Santamaría pide ‘un esfuerzo más’ y garantiza que ‘no será en vano’. Pero no aclara qué garantía ofrece.

Montoro afirma que en 2015 todos pagarán menos impuestos, prédica que por supuesto nadie le cree. Pero mientras tanto, van a despellejar a los ciudadanos.

La Agencia Moody’s reclama más recortes, 40.000 millones de euros, aquí se habla de millones echándolo a los dados sin responsabilidad penal alguna, y pide dos veces el ajuste previsto por Rajoy, a ver qué se inventan ahora sobre desfase de gasto del Gobierno anterior.

A pesar de ello, siento decir que la revolución no es posible. Estamos (todavía) muy lejos de las condiciones sociales y económicas que la hagan posible. Y menos con la violencia, quimera que sería fulminantemente aplastada por el Tío la Vara que es Rajoy.

¿Y el caos? Camino de él, vamos. Todo es sospechoso:

Sospechoso es que Europa al completo, como se sabe con Alemania al frente, carga la crisis exclusivamente contra los trabajadores, declarando inmunes a los privilegiados. La derecha derecha reina.

Sospechoso resulta también que se desconozca qué clase de nuevos trabajos podemos-debemos afrontar; seguimos condenados a lo no innovador ni tecnológico, nuevos motores del mundo. Camareros y albañiles, con licenciaturas universitarias y masters, a 400 euros mensuales.

Con la crisis, ¿los españoles son igual de demócratas, lo son por obligación y resignación o por devoción? Si una dictadura les solucionase la crisis, ¿la apoyarían? Claro que ya apoyan la dictadura del capital, pero no me refería a ese tipo de dictadura.

¿Qué podemos hacer, pues, para no caer en más desesperanza los ya desesperanzados?  Nada. No podemos hacer nada. Esperar. Simplemente esperar. Aguantar, resistir como podamos. No hay soluciones ni a derecha ni a izquierda. Basta ya de propagandistas de la fe política. Dudemos de todo, dudemos de ellos, dudemos de nosotros. Reneguemos de todo.

¿Qué podemos hacer más que llorar y lamentarnos? Estamos atrapados. La bomba de relojería y racimo continúa su tic-tac.

Pero

El caos, ese ruido entre dos silencios, como lo definió Samuel Beckett, ¿es el paso previo de la revolución para silenciar el silencio?

 

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Gota del día: ¿Es realmente Rajoy el Tío la Vara? ¿O tal vez la Vieja del Visillo?

 

Regota: ¿Por qué ningún condenado por haberse llevado dinero devuelve el dinero?

 

Trigota: ¿Qué pasa si la Unión Europea, íntegra, se deshace y vuelve cada mochuelo a su olivo?

 

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