Puntadas sin hilo

Corrupción en el Palacio de Justicia

 

 

Corrupción en el Palacio de Justicia es una obra teatral del italiano Ugo Betti escrita hace años. Aun no tratando directamente ninguno de los casos que inundan nuestros tribunales, el título, y consecuente moraleja, están presentes en las creencias de los españoles, que piensan que la Justicia no solo es lenta sino corrupta.

El padre de Marta del Castillo entiende que la sentencia sobre el asesinato de su hija está hecha para perjudicar expresamente a su familia. El juicio por cohecho al ex presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, dista de los impecables e implacables juicios que se ven en las películas norteamericanas más rigurosas con la veracidad procesal. El caso Malaya de Marbella, con Roca como el más importante de los muy numerosos procesados, además de interminable, da la impresión de haberse convertido en un mercadillo de acusaciones y rebajas en oferta.

Y así, una casi infinita lista, que incluso alcanza al Tribunal Constitucional con sus Bildus y retrasos. Indultos a banqueros que se cumplen, indultos a presos decanos que no se cumplen, la duda en la Justicia y con la Justicia es patrimonio de los españoles, todavía no declarado oficialmente por la UNESCO.

Kafka en el Supremo, podría titularse el nuevo episodio que se desarrolla estos días con el juez Garzón como Josef K. de El proceso, o también el gusano Gregorio Samsa de La metamorfosis del autor checo. No son doce, sino siete los hombres hieráticos y sin piedad en este caso. Porque lo primero que no entienden los españoles es por qué unos jueces son los encargados de juzgar a un juez, y no un jurado, como por ejemplo en el caso Camps. Buen cuidado tuvo la Ley del Jurado de delimitar qué podrían juzgar los ciudadanos y qué no, bajo la disculpa gremial de la más difícil comprensión de algunos delitos. ¿Pero acaso es más difícil juzgar un asesinato o una violación que una hipotética prevaricación? Lo que ocurre es que a veces el gremio se puede tornar vengativo y purista castrante y obnubilado hasta lo sublime de cogérsela con papel de fumar. Con ello se vuelve a la eterna pregunta de quién juzga a los jueces. El pueblo, por lo visto, no sirve. Pero lo terrible y descalificador tanto para el poder político como para el propio poder judicial es que ese pueblo que conforma la Democracia es bastante seguro que estima que la corrupción, por muy exquisita y metafísica que sea, no está muy alejada del Palacio de Justicia.

Porque vamos a ver, suponiendo de exacta, aunque dudosa, interpretación que las escuchas de conversaciones con sus letrados solo deben ser posibles en casos de terrorismo, si el juez detecta que lo que puedan estar planeando es el magnicidio del Jefe del Estado, el asesinato del Presidente del Gobierno, o el secuestro y tortura de los 500 niños de un colegio para obtener rescate, ¿puede y debe el juez intervenir las escuchas de los internos con sus letrados?  Kafka en el Supremo en un juicio, en mi opinión, ridículo.

 

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Gota del día: ¿O sea que, por iniciativa y orden de Montoro, el ICO puede ayudar a las Comunidades Autónomas para salvarlas de la quiebra, pero no puede ayudar a pymes y autónomos con el mismo fin y generosidad? ¿No dicen que son el 80% de la actividad empresarial?

 

Gota 2: Nadie convence nunca a nadie de nada. ¿Seremos fanáticos los españoles?  ¿A alguno de ustedes le han convencido alguna vez de algo?  ¿Podrían decir en qué ocasiones y casos?

 

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