27/03/201227/03/2012

La eminente periodista Soledad Gallego-Díaz publica un artículo, titulado La socialdemocracia europea busca brotes verdes, con sus opiniones y las de importantes políticos sobre las posibilidades de la socialdemocracia (¡ya ni siquiera le llaman socialismo!) en Europa, incluida España, claro está.
Vienen a decir que no se trata de doblegar al capitalismo, sino de cambiarlo. Y que no hay que volver a los principios esenciales porque ello siempre ha conllevado permanecer 20 años en la oposición, y por tanto propugnan un capitalismo decente y responsable, más que modelos alternativos o proclamas programáticas. No hay vuelta atrás, lo que se debe hacer es dejar de defender las grandes ideas y dedicarse a resolver los problemas cotidianos de la gente. Con lo que dinamitan lo pertinazmente defendido en este blog por la mayoría de comentaristas y por mí mismo.
Es decir, se trata de infiltrarse astutamente y, manteniendo las estructuras capitalistas, dulcificarlas. Hacerle cosquillas al dragón.
Tranquilamente admiten que la socialdemocracia ha fracasado en el intento de reducir las desigualdades, pues las reduce menos de lo que promete, aunque los partidos neoliberales o de la derecha las redistribuyen mucho menos, por su dependencia excesiva de los servicios financieros. Y terminan diciendo que la socialdemocracia es quien mejor puede manejar y gestionar el capitalismo.
Y todo depende del impulso que puedan proporcionar las elecciones francesas de mayo y las alemanas de 2013, aunque cada país debe hacer sus propios deberes, con la meta de algún día presentar un programa común europeo.
Todo eso podría estar muy bien, que no lo está, pero ¿puede haber un capitalismo decente?, ¿no es una contradicción en sus términos?, ¿qué es un capitalismo decente, no es una manera sutil de matar las esperanzas de los desfavorecidos, una forma artera de intentar apagar las legítimas ansias de cambio auténtico y rebelión?
¿O es que van a, no digo nacionalizar, sino intervenir los bancos ayudados y controlar sus gastos, desmanes, comisiones brutales, agresiones a los clientes y prebendas de sus consejeros inútiles?
¿Va a acabar con el escándalo de los fraudes y trucos legales de los ricos para no pagar impuestos a través de sus sociedades, que los propios inspectores de Hacienda denuncian?
¿Va a pagar equitativamente lo mismo Botín o Alicia Koplowitz que un mileurista al que apenas llega para sobrevivir?
¿Van a controlar de verdad los sueldos y subsueldos públicos, las concesiones administrativas, las televisiones, las obras públicas, las hipotecas de los enriquecidos constructores?

No, nada de esto van a hacer. Todo es una añagaza para que la injusticia y la pobreza permanezcan en el mundo, lejos de su vista.
¿Van a hacer la reforma agraria o va a continuar la beneficencia de las limosnas a agricultores, y las utilidades y subvenciones, europeas o no, a los terratenientes de alto o mediano pelo?
¿Va a tributar el capital igual que las rentas del trabajo?
¿Van a encarcelar de verdad a los corruptos hasta que devuelvan el dinero?
¿Van a seguir diciéndonos ‘España es un gran país’? Lo es porque es nuestro país, pero no por nada más.
Sí, todo esto y más es algo muy rudimentario, populista y sin sustrato teórico científicoeconómico, pero es la realidad, es "preocuparse de verdad por los problemas cotidianos de la gente".

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Gota de ARENAS del día: No está tan claro que Javier Arenas haya perdido. ¿A cuánto iría la apuesta de que IU y PSOE se pelearán? Ya empezamos: tanto Gordillo como Valderas se dedican a atacar al PSOE en vez de comenzar a buscar concordias. Salvo que solo quieran regalar los oídos de sus votantes y lanzar la especie de que el PSOE no es izquierda. Es claro que en cualquier pacto, todas las partes tienen que ceder. Se abren las apuestas.

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Gota NIHILISTA: ¿Tiene derecho a protestar un abstencionista?