¿Pero qué derecho de pernada tienen un Gobierno de un partido con mayoría absoluta sin límite y una Oposición que se dice responsable para salvar a los bancos, como si fueran soldados Ryan, y condenar al pueblo a la penuria cuando no al hambre? Es la emboscada más repugnante e indecente del capitalismo. PSOE delenda est aún más, si cupiera. Nos dicen que es necesario para salvarnos a todos de una muerte segura en la guerra financiera. Nos salvan sin preguntarnos si queremos que nos salven. O si creemos que es la única forma de salvarnos. Ya se sabe, el pueblo para las bodas y bautizos de las elecciones. Todo, dicen, es necesario: salvar Bankia para evitar que los demás hagan la ola, reducir la deuda para que en un futuro bastante lejano podamos crecer, crear empleo y comer. Nunca se preguntan si aguantaremos tal espera y método y no llegaremos ya sin respiración a esa eldorada recuperación. ¡Qué buenos son los padres franciscanos del Gobierno y la Oposición! Labordeta y Fernán-Gómez para ellos. Porque entretanto no sustancian ni moderan injusticias. Unos son ricos y otros pobres, dicho en román paladino, o en el mejor de los casos menos pobres. No; eso es intocable. Las leyes, las leyes que ellos hicieron, les protegen. El que es, es, y el que no, que arree, algo le ayudaremos pero sin pasarnos, hay dinero a manta, pero no se puede alterar la propiedad. Robar no es cambiar las cosas de sitio, como decía aquél, es simplemente robar. Aunque tus hijos no coman, Dios lo manda y proveerá.
El ‘traidor’ Rato lo ha cantado, algo bueno tenía que hacer este sujeto. Brutal inyección al capital con el dinero de todos, nos han mermado, birlado, guindado, un buen pellizco de PIB o riqueza nacional. Han arrojado bombas de racimo de las que fabricamos, nosotros, tan pacifistas, han usado armas de destrucción masiva contra los españoles que están en el paro o en la ruina de sus pequeños negocios y mediopensiones. Y todos tan panchos, a ver si Europa y el Club Bilderberg nos echan una manita que no sea al cuello. La caridad bien entendida, no se sabe aún a cambio de qué más.
Señores franciscanos destemplados gobernantes, ¿hasta dónde llegará su desvarío, qué derecho tienen a asolar España? Todo, lo reconozco.
Porque el pueblo tampoco es inocente. La intuición dice que hoy votarían lo mismo que el 20 de noviembre, sin apenas diferencia. El Partido Popular descendería algo, poco, muy poco pese a tal desaguisado, pero sin perder la mayoría absoluta que le faculta para gobernar sin límites y si los hay se cambian. Sus votantes seguirían fieles, argumentando que ha pasado muy poco tiempo y el Gobierno está luchando a brazo partido contra las circunstancias heredadas y mundiales, y siempre será mejor esto que lo anterior. El PSOE permanecería en un purgatorio, sin apenas recuperar huidos y sin que la pérdida del PP le beneficiase, es decir, ni fu ni fa, más bien fa, a la espera de su ángel y líder redentor hasta ahora no llegado. Izquierda Unida sí aumentaría algo, incluso bastante, pero no lo suficiente no ya para erigirse en partido codeable con los grandes sino ni tan siquiera con capacidad para inclinar la acción de gobierno en uno u otro sentido. La izquierda sigue peleándose y sin definir, para regocijo de la derecha, y todos sus representantes prefieren permanecer en la defensa cerrada de sus ideales y propuestas. Los abstencionistas que se suponen de izquierda progresista no cederían en sus castillos y fuegos artificiales de críticas feroces y esperas de rupturas de sistemas. Solo hay una cosa peor que confundir deseos y realidades: los simples y buenos deseos de los cándidos. Los demás partidos, incluidos los nacionalistas, quedarían como convidados más o menos de piedra, a cambio de pescar algo en alguna ocasión.
El país está grave, pero la arquitectura de su gobernabilidad permanece inalterada. Los votantes son ternes y así lo quieren, eso es la democracia. De modo que España continúa siendo un nido de cuatreros y expoliadores. Humillados y ofendidos, humilladores y ofensores, las trincheras están muy claras, tan viejas como el mundo.

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Gota ANTITÓXICA 1: ¿Ganaría las elecciones un partido que dijera siempre la verdad?

Gota ANTITÓXICA 2: ¿Se puede decir siempre la verdad? (Cuéntese hasta diez antes de responder)

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Gota INSULTO: Un millonario ruso lanza desde su oficina miles de billetes grandes en forma de aviones. El gentío se abalanza a por ellos.