06/06/201206/06/2012

Bastante satisfecho, incluso muy satisfecho, creo yo. El sentido autocrítico es lo más moldeable y maleable en esta vida. Las circunstancias encontradas, las sobrevenidas por causas ajenas a uno, la impaciencia, la oposición de los destructores de siempre, todo contribuye a justificarse. Lleva un récord de recursos anunciados ante el Tribunal Constitucional, pero ello es porque el trabajo de un gobernante serio, responsable, honesto y comprometido con España y su progreso no es fácilmente y siempre comprendido. Tal vez ese fue su último pensamiento de anoche antes de dormirse.
¿La Reforma laboral? Ya lo había anunciado. Era necesaria e iba a ser durísima, que no se engañen ahora. Pero no entiendo por qué no comprenden que ha sido justa y equitativa, repartiendo la penuria provisional ocasionada. Y cuando produzca efectos (me) lo agradecerán. Además, que no siempre todo el mundo puede quedar satisfecho al máximo. La situación era muy mala y Europa lo exigía. Lo hicimos con decoro, sin dañar a los trabajadores. Y es mentira que la sanidad repercuta negativamente en la salud de los españoles, han sido unos recortes de nada. Si los catalanes y los vascos se quejan ante el Tribunal es porque no son solidarios. Los españoles estamos muy sanos.
¿La educación? ¿Qué pasa con la educación para que sometan a mi ministro Wert a semejante acoso y descrédito? La educación era muy mala, mucho peor que en mi época de estudiante y hay que reordenarlo todo. Todos, alumnos, maestros, padres están un tanto desfasados. Tenemos que ponernos a nivel europeo. Y sin consignas ni imposiciones ideológicas, como lo estamos haciendo. Solo hay algunas disfunciones sin importancia y los maestros no llevan razón en sus reivindicaciones, qué más quisiera yo que poderlas atender.
Lo de reducir el déficit era de libro. No podemos gastar más de lo que tenemos, y debemos pagar nuestra deuda, de lo contrario no nos prestarán, y si no nos prestan no creceremos ni crearemos empleo, cuando toque. No sé cómo no lo entienden o hacen que no lo entienden. Es la pescadilla que se muerde la cola, iba a decir la polla, como aquella chica del Opus que se equivocó y dijo ‘eso es como la pescadilla que se muerde la polla’, que no sé yo en qué estaría pensando. En general noto que los ciudadanos están con buen ánimo para apretarse el cinturón en estos momentos tan difíciles, que comprenden bien. Estamos haciendo reformas, y vamos a hacer más, hasta cuadrar el déficit. Después vendrá el crecimiento. La prima de riesgo si sube tanto es porque no somos Alemania y debemos reconocerlo. No sé por qué muchos dicen que Angela nos putea. Pero somos reconocidos en Europa de igual a igual. Guindos es espléndido y Montoro también, son como el Sancho Panza y Don Quijote de nuestras finanzas.
Con lo de los bancos y de Bankia en particular tienen cogida una perra inexplicable con un revuelo injustificado. Es dificultoso, pero lo superaremos. Alguna dificultad tiene que haber, si no sería muy aburrido gobernar. Y estoy a punto de conseguir que Europa sea como los 27 mosqueteros, todos para uno y uno para todos, con los eurobonos estamos salvados, que todos los países respondan por el nuestro, aunque nosotros no hayamos respondido por los que ya han sido intervenidos. En realidad, hay tal lío que ni yo mismo sé si estamos intervenidos o no. Me parece que algo sí, pero no es cosa de pregonarlo y asustar más al personal.
Lo del Presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, no tiene la menor importancia. Es infumable su actitud, debería dimitir, pero que se maten entre ellos. Bien es cierto que yo podría decirles a los vocales nombrados por nosotros que lo destituyesen. Pero no lo voy a hacer. Y tampoco es tanto descrédito. La gente nunca estará contenta con la Justicia. Es nuestra coartada política. Además no lo nombré yo, sino el bobo solemne, yo solo dije que me parecía bien. Pero lo importante es que se le acaba el mandato dentro de poco más de un año y cesará por las buenas. Y para cuando lleguen las elecciones será asunto olvidado.

La amnistía fiscal parece mucho más grave de lo que en realidad es. Necesitamos dinero. Seguramente o la gente no lo ha entendido y por eso está que brama o no lo hemos sabido explicar. Y es justa: el que regularice, tanto sea la fortuna que tenga en Suiza o en cualquier paraíso no irá a la cárcel como el dinero negro que tenga aquí, pagará un 10% de impuestos, aunque parezca que es desproporcionado frente al 35 o 40% que pagan los que declaran religiosamente. El caso es ingresar y no hay otra forma de pescarlos. Y también cuando lleguen las elecciones se habrá olvidado.
La renovación en RTVE es completamente satisfactoria. El PSOE se emperrenchinó y no tuvimos más remedio que romper el acuerdo parlamentario de consenso. Pero hemos puesto de Director General a un abogado del Estado recomendado por Soraya y que ya ocupó cargos con Aznar. Toda una garantía de neutralidad e independencia, los españoles pueden estar tranquilos, la información que reciban será la necesaria. El PSOE sigue con su cabezonería y ha renunciado al asiento que le habíamos concedido en el Comité de dirección. Peor para ellos, una muestra más de su descomposición.
Con la Iglesia no tenemos ningún problema, ni grande ni pequeño, ni los molestamos ni nos molestan, al contrario, están encantados. Y solo continuamos con el mismo trato que les dieron los socialistas. Y es que hay que convencerse, España es muy católica y a todo el mundo le parece bien los 6.500 millones de euros que les damos cada año. También dan de comer en Caritas. Ahora le gente anda un poco revuelta con lo del IBI, que quieren que la Iglesia lo pague, pero ya he dicho que no y voy a romper el Acuerdo que tenemos con la Santa Sede. La Igelsia es la Iglesia.
Y todo lo demás está en orden: la policía, que efectivamente a lo mejor atiza un poco más de lo necesario pero nada importante, las pensiones, el aborto, las huelgas que son un fracaso, la corrupción que no consiguen demostrar, la selección de fútbol, el Tribunal Constitucional, no me acuerdo de más, y eso quiere decir que todo marcha. Somos un gran país, y mucha gente protesta por protestar. En resumen, no hay motivos para el descontento y ya se ve el final del túnel. Creo que ha salido la encuesta del CIS; voy a leerla.

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Gota HOMENAJE A LOS MINEROS: Un senador socialista por León trató ayer de entregar un casco minero a Mariano Rajoy en solidaridad con los mineros en huelga, pero se lo impidieron los escoltas del Presidente dentro del recinto del Senado. ¡Rajoy, que se ha vestido del todo, no tiene el coraje de ponerse simbólicamente el casco, incapaz del menor gesto de humanidad! Hasta el Papa se puso el tricornio de la Guardia Civil.