Puntadas sin hilo

Los idus de agosto

1.- ¡Ay, de Rajoy si se atreve a eliminar la subvención de 400 euros a quienes ya no tienen ninguna ayuda! Los idus de agosto caerán sobre ti.

2.- La ola de calor es la venganza de África por el trato que les hemos dado en sanidad a sus sin papeles.

3.- Necesitamos un jeque. Un jeque que compre España. Pero un jeque solvente, no como ésos que compran equipos de fútbol y luego no pagan. ¿Cuánto vale España?

4.- El Gran Jurado de España, integrado por 45 millones de españoles, ¿condenaría o absolvería a Sánchez Gordillo?

5.- Justicia distributiva: Un señor tiene 1.000, otro tiene 500, y otro tiene 5. Vivir cuesta 5. Con los recortes de la crisis, el de 1.000 pasa a tener 900. El de 500, 450, y el de 5, 4. ¿Sufren igual la crisis? ¿Es justo?

6.- ¿Qué no está dicho aún del PP?

7.- ¿Cuántos españoles son detenidos cada día por la Policía? ¿De qué condición social son? ¿Cuántas noches pasan en el calabozo los pudientes?

8.- ¿Realmente solo quedan ya los sueños?

Y una larga coda, sobre una pregunta de la lectora Matinada acerca de ‘La necesidad de pertenencia’:

Desde que naces ‘hay’ que ser de algo. De papá o de mamá, de colegio público o privado, de privado o de religioso, de Primera Comunión o de Primera Comunión, de un amiguito íntimo o de otro, ‘enamorado’ de una niña o de otra, de tu cuerpo descubierto y masturbado, del primer amor ‘serio’, y del segundo, y del tercero, de estudiar o pasar, del primer viaje, del fútbol, del alcohol de botellón, de los porros, de la droga, de la primera vez de sexo, de las siguientes, del primer trabajo, de la boda, del primer hijo, y del segundo, del tedio, de la o del primer/a amante, del divorcio, de la sexualidad infinita, de la primera arruga, del primer nieto, de la jubilación, de los amigos muertos y los padres fallecidos, de la soledad acompañada, de la televisión, -la gran pertenencia-, del fútbol nuevamente, del Madrid o del Barça o del equipo de tu ciudad aunque no juegue nadie de ella, de un partido político o de otro, de ninguno pero de otro, siempre se es consciente o inconscientemente de alguno, de una ideología, de la próstata y de las mamas, del miedo al cáncer, de la Navidad, del veraneo, de la vejez que va llegando sin notarla, de la enfermedad, del pasado, del futuro, del Más Allá, de la incomprendida religión, del dinero, del dinero, del dinero, de la publicidad por los ojos y por los oídos, de los héroes, de las guerras, de las armas, de la pensión, de la tristeza ahuyentada, de la crueldad suavizada, de las tradiciones, de la historia, de las galaxias infinitas de la rebeldía apagada, del odio a los ricos, de lo que no tenemos, de las ausencias, de las dudas sin certezas, de las desaparecidas luchas de clase, del deterioro, de conformarnos con ver el mundo, del lento y rapidísimo pasar de la vida, de lo que dejaremos, de los hijos, de lo que no hicimos, de la alegría de vivir, de las obsesiones, de los miedos, de las supersticiones, de las imposiciones sociales, de las corrupciones, de los sistemas políticos, de las tendenciosidades que arrastramos, de lo difícil que es ser objetivo, de la educación que hemos recibido, de las circunstancias, de la fe, de los lugares comunes, del qué dirán, del sentido del ridículo, de la necesidad de pertenecer a alguien, a algo, y que ‘nos pertenezcan’. De los sueños.
¿Somos libres? Malos tiempos para la libertad, como decía Matinada. ¿Y tú de quién eres?

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