Está fermentando el acontecimiento más peregrino desde que la democracia existe en España. Más peregrino, más ambicioso y más disparatado: la ocupación masiva de los alrededores del Congreso de los Diputados, impidiendo la entrada y salida de los diputados, y exigiendo la dimisión del Gobierno en pleno y de la Jefatura del Estado, la disolución de las Cortes, y la anulación de la Constitución y apertura de un nuevo proceso constituyente.
Soñar no solo es posible, sino que es conveniente y necesario para mantener la esperanza de los desheredados del destino. Pero, en mi opinión, tales sueños en sus transcripciones a la realidad deben amoldarse a las posibilidades de que tales sueños puedan tener éxito. Y este sueño-realidad no tiene la menor posibilidad. La capacidad de represión del Gobierno es contundente y demoledora. No permitirán acercarse a menos de 300 metros a los asistentes, que como mucho, en mi pronóstico, no alcanzarán los 50.000 frente a los dos o tres millones deseados. Y si hubiere disturbios, serán fulminados con dureza extrema, con las consabidas detenciones.
Así pues, siempre según mi criterio, que ustedes tacharán de reaccionario, será un rotundo fracaso objetivo del objetivo, que se tratará de convertir en éxito de lucha. Pero la realidad será que los sueños se verán desvanecidos y la lucha quedará descapitalizada por un largo tiempo.
Amén de no conocerse con fiabilidad el origen y autores de la convocatoria, se puede afirmar que la inmensa mayoría del pueblo español está en contra de esta acampada y toma, que solo provocará llantos, desilusiones y nostalgias. La palabra no se puede sustituir en la España actual con la violencia ni activa ni pasiva. El importante pero teórico argumento de que también es violencia y mayor la que el sistema capitalista está ejerciendo contra los trabajadores y capas sociales débiles, no encuentra reflejo en la concordancia con la posibilidad de alterar la situación. Desgraciadamente será un grito inútil. El poder establecido no va a permitir su sustitución, y los convocantes y asistentes del 25-S seguirán ignorando que la única posibilidad de ello reside precisamente ahí dentro, en el Parlamento, con la toma y ocupación a través del voto, de la palabra y de la sensatez. Hay que soñar e imaginar solo lo posible, sin caer en ejemplos históricos o geográficos de distinto arraigo y transposición. Como desahogo y vía de escape esta convocatoria es comprensible frente a tanto desmán del poder, aunque no como solución eficaz inmediata. Yo no asistiré, pero ojalá tal grito inútil sirva de aldabón y no se quede en triste efeméride.

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Gotas VASCAS:
1. Se suprimen las corridas de toros en San Sebastián desde 2013.

2. Patxi López adelanta las elecciones vascas al 21 de octubre próximo.

El avance imparable, y legítimo, de los abertzales.