Los españoles estamos perdiendo la dignidad a un ritmo acelerado. España está entrando en una situación terminal como Estado de Derecho. Es una norma general del Derecho Penal que los actos preparatorios no pueden constituir delito. No se puede imputar a alguien por un delito que no ha cometido. Detener en el Retiro de Madrid a unos ciudadanos que no están celebrando mitin alguno y solo hablan pacíficamente de un acto a celebrar próximamente, como es acudir a los alrededores del Congreso de los Diputados, identificarlos, y llevarlos al juzgado, y que la justicia siga la rueda, supone la resurrección de actitudes y tipos que existían en la Defensa del Orden Público franquista, que creíamos desaparecidos. La policía detiene porque se le manda, pero el responsable es quien lo ordena, es decir, el Ministro del Interior, el Gobierno, en suma.

La situación económica de España es apremiante, pero mucho más angustiosa y apremiante resulta esta crasa vulneración de los derechos constitucionales de los ciudadanos. El Gobierno ignora y desprecia la Constitución cuando le conviene para la represión, criminalizando actos ante los que, con entera seguridad, el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, supremo juez admitido de la legalidad en la Europa a la que España pertenece o dice pertenecer, se asombrará de que hechos así ocurran.

Y lo que es más grave: sin que a los ciudadanos ajenos se les altere el pulso o interese y lo repudie frontalmente. Con nuestro silencio y escasa protesta damos aprobación tácita a semejante quebrantamiento de los principios básicos de la democracia. Aquí sí que le llaman democracia y no lo es. Como recordarán quienes sigan este blog, yo no estoy de acuerdo con la manifestación convocada por quien sea para mañana con el fin de ocupar o rodear el Congreso. Me parece un disparate, un acto inútil y delictivo. No se puede utilizar esa coacción contra la catedral de la palabra, que, con todos sus defectos, es el Congreso de los Diputados, última y única barricada de la convivencia. Pero con el mismo ímpetu, estimo que el Gobierno ha empleado los ‘tanques’ contra unos ciudadanos que en un parque, a cielo abierto y sin esconderse, soñaban con una España más asequible y compatible con la dignidad nacional. Con mejores formas y modales, con apariencia democrática, y con la coartada de su mayoría absoluta, este Gobierno ha reinstaurado el fascismo en España. Un fascismo prêt-à-porter, de andar por casa, pero fascismo igual de dañino y destructor del alma humana. La santísima trinidad de Interior, Justicia y Educación son sus principales cabecillas, y el Duce-Rajoy los avala complacido.

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Gota ADMITIENDO APUESTAS: Caja Madrid, embrión de Bankia concedió cientos de préstamos por valor de millones de euros a personas sin capacidad de pago (solo en lo inmobiliario, 5.000 millones), y que efectivamente no devolvieron el dinero. Admito apuestas a que no condenarán ni penal ni civilmente a ningún presidente del organismo, ejecutivos, consejeros bien gratificados representantes de todos los partidos políticos y sindicatos principales, inspectores del Banco de España o su presidente, o clientes dolosos. Esto es un escándalo, una inmoralidad, que quedará en el olvido y en los bolsillos de los beneficiarios. ¿Alguien quiere apostar?

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Gota TRANSPARENTE: España es un país tan transparente que es incapaz de hacer una Ley de Transparencia transparente: ‘El Gobierno no tiene la obligación de contestar a las preguntas de los ciudadanos’. Viva la democracia. Por ejemplo (mínimo): No tiene que contestar por qué el recibo de la luz va a subir otro 8%.