Puntadas sin hilo

Código Penal

El Código Penal español consta de 639 artículos, que recogen los delitos, sus circunstancias y sus penas. No obstante al Partido Popular, vía Gobierno, le parecen pocos y los van a aumentar en una docena, vía mayoría absoluta en el Parlamento, acoplándolos a sus posiciones ideológicas. Esto no es nuevo, porque todos cojean de la misma ansia represora, y desde el pomposamente llamado Código de la Democracia de 1995, PSOE mediante, se han hecho 28 reformas, de modo que por la mañana te comprabas un código actualizado y por la tarde ya no valía.

Todo les parece poco, todo es delito, les da igual que sea uno de los códigos más duros de Europa (que en este aspecto no nos exige más reformas ni recortes), y las penas se legislan a golpe de venganza ciudadana y populismo, que no se escape ni un voto. En realidad bastaría con un artículo único que decretara: ‘Se condenará toda conducta, salvo la que esté expresamente autorizada’.

Este nuevo y completamente innecesario código, el Código Rajoy, tiene el mérito de que no ha sido consultado ni será consensuado absolutamente con nadie. Se vota cuando toque, y al BOE, transgrediendo una de las normas penales elementales de la democracia: ninguna reforma de un Código Penal debe hacerse bajo la mayoría absoluta en un Parlamento.

Se ve que los españoles tenemos alma de delincuentes. Bueno, sobre todo los que no son ricos y poderosos, que ésos se libran. El porcentaje de clase ‘alta’ que está en prisión es grotesco: 0 frente a 60.000.

Y por supuesto las penas se cumplirán sin perdonar ni un solo minuto del último día. Pero no parece que el Gobierno esté preparando cambiar la Constitución en lo de que la finalidad básica de la pena es la reinserción. Incluso a muchos de los presos – se dice internos, que queda más fino y más humano – se les seguirá ojo avizor durante diez años más, una vez cumplida la condena.

Yo siempre quise hacer un programa de televisión a lo ‘Tengo una pregunta para usted’ y que consistiera en presentar unos hechos y preguntar a los asistentes si debían ser o no delito, pero con los dos pilotos de prueba que se hicieron, desistimos: todo lo consideraron delito, incluso los hechos presentados como trampa o placebo, y lo peor, a todos les impondrían unas penas durísimas, mucho más de las que recogía el Código. Pero luego se comían el bocadillo, cobraban los 10 euros y se marchaban satisfechos de lo buenas, justas y misericordiosas personas que eran. La sociedad española es cruel.

Y ahora el Gobierno reprime un poco-mucho más. No le basta con el Código Penal de la economía que nos condena a la cadena perpetua de la miseria por su incompetencia e incertidumbre. Ambas inconstitucionales, la penal y la económica. Así distrae la atención y ellos juegan a ser ministros y presidentes. Menos mal que el Rey dijo que la justicia es igual para todos. Somos carne de reo.

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Gota DESCALIFICATORIA: El ministro de Asuntos Exteriores, García Margallo, compara el nacionalismo con el nazismo y el marxismo.

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Gota TRÁGICA: España es el país de la eurozona con mayor desigualdad social. El paro y la crisis agrandan la brecha entre los más ricos y los más pobres.

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