Puntadas sin hilo

España en quiebra política

No hay derecho a que nos humillen y vejen tanto y a diario. Por mucha mayoría que tengan.

Porque humillar y vejar a toda la sociedad, y más a los directamente afectados, es que se conceda indulto a los diez meses a un conductor suicida o kamikaze condenado a trece años por matar a otro conductor y herir gravemente al acompañante, y cuya defensa llevó el despacho de abogados de un conocido ex parlamentario del Partido Popular, en el que ‘además’ trabaja un hijo del Ministro de Justicia. ¿Qué explicación, qué justificación pueden dar el ministro Gallardón y el Consejo todo de Ministros y el propio Presidente del Gobierno? Ninguna. Un capricho, una recomendación, una influencia, una ofensa a todo un pueblo. Nada lógico ni justo.

Con una Ley de Indulto de ¡1870! que ampara el indulto sin motivar, que concede la facultad de hacer justicia por encima y en desdoro de los tribunales. Una ley arbitraria, preconstitucional y anticonstitucional que ningún partido político se ha interesado en derogar. La negación de la separación de poderes, el poder decir al final la justicia soy yo, el jugar con la libertad de los seres humanos, a unos, como al kamikaze de la dirección prohibida, sí, y por oscuras e incomprendidas sinrazones, y a otros no, como al ex toxicómano rehabilitado para quien la gran mayoría social lo reclama estérilmente. La macabra broma y estafa de la administración política de la nación.

¡Para que luego significados periodistas progresistas afirmen que la desafección política conduce a que la sociedad caiga en la extrema derecha! Lo que es una canallada es una canallada, y no más. La desafección, la indiferencia, la aversión a lo y a los políticos es una realidad objetiva plenamente ganada por éstos con sus sevicias. Nada que ver con la extrema derecha. Los indultos sí que son un arma de destrucción de la confianza solicitada, una constatación entre tantas de la quiebra política de España. Por su mal uso el indulto se ha convertido en cianuro social, que es preciso erradicar. Una forma más de corrupción política y desgaste del tejido social.

Escarnecer a todo un pueblo es también que nada menos que el ex tesorero del PP ocultase 22 millones de euros en una cuenta suiza, lo cual retrasará considerablemente la resolución del caso Gürtel. Son de una indecencia pasmosa, tanto el ex tesorero como el Partido que ahora trata de alejarse del asunto. La corrupción moral, política y social de los partidos políticos conduce no a la extrema derecha, sino al desprecio, la ira y los agravios hacia los ciudadanos que hoy más que nunca acusan sus estrecheces de vida. La desvergüenza de los partidos les hace inmunes a los escándalos y a los sufrimientos de la población. A los mismos que les niegan servicios médicos elementales. Los mismos que permanecen insensibles y distantes del empobrecimiento de los pensionistas.

Está en quiebra el sistema, está en quiebra la Constitución, está en quiebra la organización política del país, está en quiebra la seriedad del premio de gobernar, está en quiebra el mínimo de ternura exigible en una sociedad. Todo es codicia, todo es descaro, todo es hediondo.

Y el señor Bárcenas aún no está en la cárcel. Antes de que le indulten.

La iracundia, la rabia, la espoleta de la explosión social que antes o después estallará.

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