Puntadas sin hilo

Unos cuantos van a hacer la Revolución

Parece que el acontecimiento más trascedente del último quinquenio es dilucidar si la joven socialista Beatriz Talegón debe o no ser abucheada y expulsada de la manifestación contra los desahucios hipotecarios de viviendas. Parece que sí, que debe ser expulsada, como en realidad lo fue. Ello es muchísimo más importante que la posible implicación de la Casa del Rey en el asunto Nóos de tráfico de influencias y otros delitos. Mucho más importante que las continuas y abruptas erupciones de corrupción en el ya sempiterno caso Gürtel. Mucho más importante que el incremento de la Deuda Pública española durante el último año como no ocurría desde 1910. Por supuesto mucho más importante que la agencia catalana de espionaje que buceó en la vida de media España y parte del extranjero. No hay nada más importante que darse el gustazo de crucificar a Talegón. Los más puros doctrinarios lo han decidido. Son los mismos que con la desunión que provocan apuntalan la continuidad del granítico y unido Partido Popular por varios años o decenios. Son los que van a hacer la Revolución, los dictadores de la libertad, los depositarios únicos de las esencias del progreso, los clarividentes, los brujos con bola política. Como se sabe, si te mueves no sales en la foto que han sacado del país. El país arde en llamas de desastre político e institucional y ellos son los popes de la ortodoxia en lucha.

Por ello, los socialistas, amén de la chuminada propuesta del cambio de nombre, tienen que ser buenos y hacer méritos y no está de más avisarles con algunas observaciones si desean sobrevivir:

1.- Si usted ha militado en el PSOE, y no digamos ya si tiene o ha tenido un cargo irrelevante, ríndase: lo primero de lo que le acusarán es por qué ahora defiende lo que antes no defendió. Aunque solo los muertos, y los fanáticos acérrimos, no cambian nunca de opinión.

2.- Debe responder a una pregunta imposible: ¿Quién odia más, los comunistas a los socialistas o los socialistas a los comunistas?
3.- El hecho de que no se presten a dinamitar la colaboración parlamentaria, por escasa atención que se les preste, los convierte en socios de la derecha.

4.- Evidentemente el PSOE está fosilizado. Pero sus fósiles no renuncian. Demasiado perro viejo.

5.- Comparten la corrupción. La corrupción les atañe tanto como a los demás.

6.- Que no se planteen llegar a acuerdos con otras izquierdas es letal.

7.- Deberían precisar las diferencias entre socialistas, socialdemócratas y socioliberales y explicar su opción. Siguen sin presentar su programa, y en tanto no ocurra eso sus posibles y huidos votantes no les apoyarán. Y cuando lo presenten puede ser tarde. No se puede vivir entre la nostalgia y la incertidumbre.

8.- Deberían renegar absolutamente de su última etapa de Gobierno. Si no parten de cero, no prosperarán y su credibilidad será nula.

9.- Deberían abrirse a los nuevos movimientos sociales, cosa que, tal vez por soberbia, parece que les asusta.

10.- Su relación con Europa resulta confusa.

No. La Revolución la van a hacer, la están haciendo, los miles de personas que anteayer se manifestaron en contra de los desahucios sin pedir carnés de identidad ni examinar a los asistentes. Los miles y miles de médicos y personal cualificado, y voluntarios anónimos de toda índole que ayer recorrieron las calles de varias ciudades de España por la mecha encendida desde Madrid contra la privatización de la Sanidad sin preguntar si alguna vez habían puesto una inyección. Los maestros, los alumnos, los universitarios. Los desheredados del trabajo que poco a poco van exteriorizando su protesta. Ésos son los que van a hacer la Revolución, y ahí caben todos. Incluso los doctrinarios. Incluso los socialistas, de viejo o nuevo cuño.

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Gota de CREDIBILIDAD: La Casa del Rey desmiente la versión del ex socio de Urdangarin, Diego Torres. ¿Ustedes a quién creen más, a Torres o a la Casa del Rey?

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