Puntadas sin hilo

El PSOE y el honor

¿Pero qué honor puede tener un partido que pacta con un condenado por acoso sexual para obtener una alcaldía como la de Ponferrada? ¿Qué honor puede tener un partido que lleva ya años sin dar explicación suficiente de la malversación de cientos de millones y sin asumir responsabilidad alguna en los EREs andaluces? ¿Qué honor puede tener un partido que permite que un ex presidente autonómico, gran reserva del partido, compare a otro presidente autonómico con Hitler y no lo descalifica? ¿Qué honor puede tener un partido que no permite que las bases gallegas se expresen, qué honor puede tener un partido que se muestra incapaz de hacer acto de contrición y renovar sus estructuras, su programa y sus directivos, que solo aspiran, con ridículas disculpas, a permanecer en sus cargos, impidiendo que surjan o se consoliden nuevas gentes con nuevas ideas? ¿Qué honor puede tener un partido que nada en la ambigüedad y ya no se sabe a qué tipo de socialismo aspira? ¿Qué honor si no es capaz de impedir que los ciudadanos piensen que son lo mismo, la cara dulce, del partido en el Gobierno? ¿Qué honor es el de un partido que no defiende a muerte a los desahuciados y a los engañados preferentes, un partido más preocupado por la prima de riesgo y por pagar a los acreedores que por romper la baraja a favor de los débiles, un partido incapaz de explicar con contundencia por qué no hicieron cuando podían lo que ahora exigen y prometen? ¿Qué partido es que, al final, defiende a bancos y cajas, después de haberse llevado cantidades millonarias en sus consejos de administración y dietas de asistencia, pero que se niega a cambios transformadores en la Constitución, ya sea una ley electoral justa, posibilidades de referéndums catalanes, solicitud seria de cuentas a la Monarquía? ¿Qué honor es el de un partido tan insensible a los ciudadanos, tan ajeno a los movimientos sociales nacientes, tan negador de ni un indulto arbitrario más?

Un partido que va a rebufo en todo, incapaz de recuperar algo de crédito, de plantear un programa rupturista, serio y solvente, incapaz de ofrecer garantías para que los ciudadanos le crean, un partido a gusto en el sistema, ponedor de parches, un partido ya sin el soporte de la historia, sin capacidad de análisis, de intelectuales y artistas huidos, de falso laicismo por miedo a perder votos, partido en barrena, sin el paracaídas de la razón, de cándidas y equivocadas intenciones, un partido traidor de sus principios primigenios, incapaz de promover la unión de la izquierda de tan protagonista que se cree, un partido que ha anulado los sueños de millones de personas, sin brío, sin sangre, sin rosa de los vientos, ¿cómo puede ser honorable?

NOTA: El señor Rubalcaba ha ordenado, tal vez presionado por la actitud encomiable de su enemiga Carme Chacón, el cese al alcalde de Ponferrada que se apoyó para conseguirlo en un edil condenado por acoso sexual. ¿Le harán caso en Ponferrada, deberían hacérselo?

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