Puntadas sin hilo

Ensalada de escarabajos

Cuarenta siglos de civilización, cultura y ciencia, llegada a la Luna y Marte, con la fortuna que atesoran mil personas podrían comer los siete mil millones de habitantes de la Tierra, y la Organización de Naciones Unidas, ONU, recomienda alimentarse con insectos para combatir el hambre porque son tan ricos en proteínas y minerales como la carne y el pescado. ¿Pero a qué situación ética y moral hemos llegado? ¿Y por qué no cadáveres o mierda humana?

Alega también la ONU que de retruque mejoraría el medio ambiente, y combatiríamos la obesidad. Ya se consumen en África y algunas partes de Asia. Occidente debe incorporarse.

¿Seríamos capaces de comer un estofado de moscas, cucarachas y arañas? ¿La repugnancia es un hábito fácilmente superable? Todo es cuestión de acostumbrarse, dirán tal vez los santones de la ortodoxia innovadora. Pues que se acostumbren los ricos y nos dejen el entrecot y los lomos de merluza a los demás. ¿A qué no aceptan, a qué los insectos los terminarán comiendo los pobres, por mucha nueva cocina que hagan en los restaurantes de lujo? España, con sus desigualdades y recesión económica, tiene los restaurantes con más estrellas Michelin del mundo. En su exterior los mendigos, si no les multa la policía, podrán recoger las sobras de bichos ingeniosamente cocinados.

El caso es comer, no saber qué comemos, eso es lo de menos. Con la que se ha montado con la carne de caballo. No hay nada mejor para un bebé que un potito de garrapatas. Resulta increíble y especialmente repugnante que la ONU propugne esta solución. Con lo que se gasta en armamento el hambre no existiría en el mundo. Y además la paz sería más estable. Pero están en otras coordenadas morales. Lo nauseabundo es que, aun admitiendo que fuera una alimentación asimilable a la cultura occidental, las razones de la ONU se deben a intereses fuera de toda coherencia histórica y social. La catadura y miseria moral del planeta es tan importante o más que la económica.

Los precios de las moscas se pondrían por las nubes, serían las angulas de Navidad. Es como si recomendaran que el problema de la vivienda lo solucionáramos con tiendas de campaña permanente o sacos de dormir. Los niños podrán recoger la comida en el recreo con los insectos que encuentren en el patio del colegio, ya no les hará falta llevar el tupper que les preparan sus madres. Y de momento los colegios no cobrarán por los insectos. Rajoy y Caritas ya están pensando en abrir comedores sociales con menú de insectos, tres platos a elegir, tábanos, mantis o mariquitas. Con las lentejas con gusano, como en la posguerra. En las recepciones de Palacio los camareros pasarán bandejas con canapés de lombriz, y en los bares te van a poner un saltamontes como tapa. ¿Ustedes gustan?

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Gota LABORAL: Europa trata de imponernos el contrato laboral único. Fátima Báñez dice que no se posible porque sería inconstitucional, y Rajoy niega la posibilidad de su implantación, está muy contento, afirma, con su reforma laboral. ¿Qué se apuestan a que antes del 1 de enero de 2014 tenemos en vigor dicho contrato? Todos los contratos serán temporales y la temporalidad la fijará la empresa.

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