Puntadas sin hilo

No han robado una gallina

¿Lo que ocurre en España ocurre en cualquier otro país civilizado? No. Ayer me pasé el día leyendo irregularidades fiscales y corrupciones y no di abasto. No voy a enumerarlas porque ya las conocen ustedes. Lo de ayer fue un festival. ¿Se puede seguir así, puede un país prosperar en estas condiciones, estamos en vías de solucionarlo? Corrupción de corrupciones y todo corrupción, hubiesen sentenciado los clásicos griegos. Primos, secretarias, cuentas, viajes, contratos, una amplia y multicolor paleta. No hay ningún Goya capaz de retratar la España actual. Nadie responde, todo es un error, una conspiración. ¿O es que el español es corrupto por naturaleza?

Si en 2015 se confirmara que el marco político español se convierte en un mosaico, con el PP y el PSOE no reuniendo más de 100 diputados entre los dos y con una abstención brutal y castigadora, los cinco o seis partidos resultantes deberían tener este asunto como primera. No es admisible que un futbolista defraude cuatro millones y se zanje el delito pagando 24, que además se presupone abonará el club. O un ex tesorero que amasa 47 millones, o un yerno aprovechón, o quien sea. Sus gallinas son financieras. No es admisible que los engañados por los bancos en sus ventas de acciones preferentes o cláusulas hipotecarias abusivas se sustancien con simples admoniciones. No es admisible que una quiebra fraudulenta de grandes proporciones se resuelva con una inhabilitación sin más. No es admisible que los gobernantes señalados, por muy importantes y autonómicos o independentistas que sean, vayan de honestos, no nos basta su sola palabra. Estafar, prevaricar, aceptar cohechos, es más grave que robar una gallina, que, además, unos cometen para vivir en la opulencia y otros para comer.

Los nuevos diputados tendrán que cambiar los conceptos y criterios de delito. El de la gallina no puede fugarse ni alterar pruebas, y el de las argucias y añagazas económicas sí. El mundo no puede seguir siendo de los estafadores. Las formas de robar son distintas, pero ya resulta cansino que las nuevas y más sutiles y sofisticadas se libren de castigo. Más claro: el delito económico deberá llevar aparejada cárcel ineludible. Han de devolver lo que se han llevado antes de salir de la jaula, cosa que no podrán hacer los de la gallina porque se la habrán comido, ellos o sus familiares.

Todo un cambio de modelo que está en nuestras manos y de los que elijamos. Todos estos pajaritos vuelan libres y en bandadas organizadas merced a las leyes que ellos mismos y sus secuaces políticos fraguaron. Les dan un susto, todo lo más. Para que se levanten de la carroña antes de volver, pero que ineluctablemente volverán, como las golondrinas o las gaviotas. Ésta es otra de las cuestiones básicas que habrán de modificar los nuevos legisladores si se confirman las -mis- previsiones electorales, que también se extienden a que la monarquía tendrá los días contados. De modo que atraque usted un banco pero de otra forma y sin escopeta que no le hace falta. Incrústese en el sistema. Y coma en Caritas antes que robar una gallina.

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