Puntadas sin hilo

¿Ustedes firmarían quedarnos como estamos?

Digo con sinceridad, no de boquilla. Porque eso es lo que hay como posibilidad máxima. Lo importante es no empeorar, que no sé yo si lo podremos evitar por mucho que nos digan que lo peor ya ha pasado. El famoso billoncito de deuda sigue ahí impoluto, con sus intereses devoradores, y que no hay forma ni perspectiva de aminorar. Pueden replicarme los entendidos. Estamos hipotecados de por vida y sin dación alguna. Y los acreedores son sanguinarios, nos cuidan como a bebés y para no estropearse el negocio quieren que nos aprieten-torturen más en sueldos y despidos. No sé qué dirán los estudios que encarga periódicamente el Gobierno sobre El aguante social de la gente. (Es cierto lo de este estudio). Parece que aún no somos Brasil ni Grecia. Estamos más calmos. En Brasil mismo, las protestas y manifestaciones multitudinarias, cuya chispa fue el aumento de 7 céntimos de euro en el transporte, ponen en riesgo la continuidad de la Copa Confederaciones de fútbol, algo impensable en España.

Ya nunca podremos ir al Caribe de vacaciones ni gastarnos lo que nos gastábamos en la Comunión del niño. Pues ¿cómo encontraremos trabajo para seis millones de españoles y en qué tipo de trabajo? No somos un país emergente. Lo mejor es no pensar y encomendarnos, como ya habrán supuesto, a la Virgencita de La Guía, lo mismo que la ministra Fátima lo hizo a la del Rocío. Y que no falte la alegría y el buen humor. Ni las ansias de cultura que nos elevan: la madre de Jesulín ha escrito un libro en el que cuenta todo sobre Ambiciones que ha sido best-seller en la Feria del Libro. Y La Roja y La Rojita son campeonas. Le regalaron a Rajoy una camiseta con el 10 de las superestrellas y al Presidente se le caía la baba. La justicia es una tómbola, la princesa Letizia no comulga ni hace la reverencia en la misa por el centenario del abuelo de su marido, y los poetas están cansados. Es preciso que nada cambie para que nada cambie.

España es una pirámide, una cascada de desatinos, pero que no nos sepultan. Estamos vivos, ¿qué más queremos? Siempre ha habido ricos y pobres, ¿por qué no lo aceptamos con naturalidad, aunque ahora haya más ricos y más pobres, pero la ecuación permanece? No creemos en nada ni en nadie, pero estamos orgullosos, somos invencibles y explosivos contenidos. Si no fuera por estos santos varones políticos estaríamos aún peor, no lo estropeemos, agradezcámoslo. Tampoco estamos tan mal, no debemos aspirar a lo que no podemos.

¿Saben qué les digo? Que efectivamente es probable, casi seguro, seguro, que no podamos recuperar bonanzas pasadas y estemos sentenciados a vivir en precario, pero al menos, a mí, no me quitarán la capacidad de estar a favor de la transgresión y de la rebelión. Protestar, patalear, insultar, ofender, nunca es moralmente baldío. Las malas conciencias no son del mundo al que aspiro. De modo, que yo no firmo. No quiero unos políticos que hagan política del sufrimiento mecánicamente y por ordenador. No somos bestias ni números de DNI. Quiero que nos consulten lo trascendente.

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Gota REFORMA: En Asturias han eliminado el Defensor del Pueblo. ¿Es conveniente suprimir los 12 Defensores del Pueblo autonómicos que hay? ¿Y el nacional?

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