Puntadas sin hilo

Horóscopo de España a orillas del mar

La situación está tan deteriorada que los españoles ya solo aspiramos a ir tirando.

Hemos llegado a la conclusión terrorífica de que todo el mundo es culpable mientras no demuestre lo contrario. Y algunos aunque lo demuestren. Empezando por el Rey en relación con la herencia de su padre.

Se viene abajo el bipartidismo, pero seguirá ganando el PP, que seguirá gobernando, solo o en compañía de otros, como en muchas sentencias condenatorias (UPyD, CIU, PNV).

Catalunya está caliente, pero no arde.

Es imposible que haya siete millones de camareros y albañiles, única manera de salir de la crisis.

Se está poniendo de moda la nueva figura procesal del que se piensa en él para llamarle a declarar; con que un juez consulte al fiscal si debe llamar a declarar a fulanito (Aznar, Esperanza Aguirre, Gallardón, la diputada protegida del extesorero del PP Álvaro Lapuerta, Griñán...) esa persona ya se convertirá en sospechosa, aún lejos de la imputación y de la pena de banquillo.

La izquierda es un caos.

Votar al PP o al PSOE tras Bárcenas-Gürtel-sobresueldos y Magdalena Álvarez-EREs andaluces supone un acto de masoquismo. Votar o no votar, he ahí la cuestión en la España maloliente. ¿O votar es un acto de fe?

¿Las circunstancias lo justifican todo?

Tras la derrota frente a Brasil se puede llegar a la conclusión de que futbolísticamente hemos vivido por encima de nuestras posibilidades.

¿Producen beneficios unos Juegos Olímpicos o son una ruina?

¿Cuánto hemos rebajado en este año la deuda que tenemos con Europa? / Nada. / ¿Pero entonces para qué han servido todas las medidas de austeridad y de recortarnos en todo? / Para pagar los intereses. / Pero si no pagamos nada de la deuda seguiremos teniendo que pagar intereses toda la vida. / Sí. / ¿Pero no dicen que estamos saliendo ya de la crisis? / ¿Usted está saliendo o conoce a alguien que lo esté?

Egipto: El fanatismo se apropia del pensamiento humano; el ejército supone un sometimiento a regañadientes y no entregado. El fanatismo religioso lo abarca todo; el ejército abarca unas parcelas de la vida.

Dudamos de la utilidad de Europa.

La falta de educación del Gobierno de no llegar a un acuerdo en educación, punto vital para que España deje de ser una casualidad y una circunstancia. ¡Aunque tantísimos ciudadanos no le presten la importancia debida!

Santificaciones y beatificaciones a gogó, en este último apartado el discípulo preferido de Escrivá de Balaguer. Y el matrimonio ya no es hasta que la muerte os separe, sino lo que dure, dura. Deja de ser indisoluble para ser estable. ¡El desastre y desaparición de la familia! ¿Qué dirá Rouco?

Leo en un iPad los 600 comentarios de esta primera semana de ausencia y hay uno de ‘matinada’ que me conmueve especialísimamente:

Me permito la libertad de narrar, lo más brevemente posible, dos historias.
La de antaño.
Alguna vez he hecho mención a mi lugar (sociedad) de origen. Un lugar rural, paupérrimo (finales de los 50), de jornaleros y esclavos, situado en los límites de las provincias de Murcia, Almeria, Granada y Albacete.

Allí nadie había leído a Marx, entre otros motivos porque pocos sabían leer, pero entre aquellas gentes, desheredadas de la tierra, se sabía de cooperación y había normas, no escritas, establecidas por la comunidad para que a nadie le faltase lo básico para vivir con dignidad.
Aquí se habla de los medios de producción; pués bien, los medios de producción en aquél lugar consistían, en el mejor de los casos, en pequeños corrales , unas pocas fanegas de tierra (arrendadas al señorito de turno, pagando con parte de la cosecha) en las que cultivaban cereales. Lo básico para subsistir, a costa de deslomarse de sol a sol.
Se constituyó una red de supervivencia. El trueque. Mi abuelo era arriero, esa era su forma de ganarse la vida. Y de ayudar a los demás. Si tú tenías harina y yo huevos (ejemplo muy simple) se efectuaba un intercambio. Sin especulación posible, porque a quien especulaba, se le ‘apartaba’ del circuito de reparto.
Como anécdota, recuerdo un dia que mi abuelo me llevó con él por aquellos caminos montada en su ‘buga’ (carro y dos mulas) y vi cómo a una viuda con muchos hijos le dió un saco de harina a cambio de tres huevos.
A quien no tenía nada, se le acogía en cada casa, de forma rotatoria, y, entre toda la comunidad, se buscaba la manera de que pudiera trabajar para no atentar contra su dignidad.
Allí, el Estado, era ese ente represor del que apenas se hablaba. Ellos, y ellas, habían construído su propia sociedad,con sus propias normas, ética de sentido común llevada a la práctica diaria.Una ‘sociedad’ en la que nadie mandaba más que otros (latifundistas aparte) pero en la que todos colaboraban para la subsistencia del resto.
Yo lo he vivido. De niña, sí, pero se me quedó grabado a fuego.
Mis abuelos sólo ambicionaban una cosa. Que yo estudiara. La educación era la riqueza más grande que podían imaginar.

La de anteayer. (zizero me ha ‘tirado de la lengua’)
Chaval de 16 años, autista, deficiente mental, hiperactivo, violento (por sus patologías mentales). Hasta hace poco era tratado en un centro de salud mental infantil. Progresaba y se había estabilizado.
Los recortes sanitarios y de dependencia han provocado el cierre del centro. Ya no tiene psiquiatra infantil, ya no hay centro al que acudir, ya no se le dispensa la medicación necesaria. (La inefable Mato ha decidido que muchos dependientes mienten).
La madre del chaval lleva una semana, día sí, día también, acudiendo a urgencias con él. Agresivo, descontrolado, perdido.
Va llena de hematomas de los golpes que le propina su hijo. Anteayer le rompió un dedo de la mano.
El dolor de ambos es incuantificable.
Los psiquiatras del hospital dicen que no es su problema.
La madre se ha visto obligada a denunciar a su hijo en un desesperado intento de ayudarle.
Quizá un juez dictamine la orden de ingreso en el centro adecuado para su hijo.
Saludos a tod@s, y en lo posible, feliz verano

Gracias, matinada.

Espero con ansia el relato erótico de Croniamental.

Gracias a todos, y hasta el día 15.

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