Puntadas sin hilo

Otra vuelta de tuerca

Por lo visto, el gran problema y causa de la crisis es el sueldo de los trabajadores españoles. No los exagerados beneficios de las empresas que cotizan, ni las diferencias entre rentas de capital y de trabajo, ni las brutales retribuciones de ejecutivos, ni el fraude fiscal con sus paraísos y diversas artimañas, ni tantos otros trucos habilidades y desvergüenzas de este capitalismo que está que se sale de poderío. No, el intríngulis de la cuestión son los salarios de quienes aún tienen la fortuna de trabajar. Un mileurista ya es un millonario.

La Unión Europea hace suyas las recomendaciones del FMI e insta al Gobierno español a que rebaje un 10% los sueldos de los trabajadores, en un gran acuerdo social, dicen, que también comprometa a los empresarios a crear trabajo. Ja. Hace falta ser ingenuo para creer este último ruego. Y no un 10% según el nivel de ganancias de los trabajadores, sino el 10% para todos. Es decir, como se sabe es lo mismo y tiene los mismos efectos rebajarle el 10% a quien gane 6.000 euros al mes que a quien gane 600. Como también se sabe, el 10% de, por ejemplo, 1.000 euros son 100 y se vivirá lo mismo con 1.000 que con 900, es lo mismo quitarle el 10% al Presidente del Gobierno o a cualquiera de sus ministros que a quien percibe el salario mínimo (que ya prácticamente con la reforma laboral es el que el empresario tenga a bien, sobre todo una vez descoyuntados los sindicatos). ¡Y encima nos dicen que quien no lo acepte cargará sobres sus espaldas la responsabilidad de la crisis y su finalización!

Hay que reconocer que son maestros en el arte de ir graduando las vueltas de tuerca precisas para torturar a los trabajadores que van quedando. Subido silenciosamente el 3,8% de la luz o energía eléctrica desde el 1 de agosto, completando así un 40% en los últimos meses, ahora proponen esta nueva muesca para el hambre. Ganamos mucho y somos los culpables. Ya queda menos para que todos (los débiles) seamos pobres oficiales. Pero aún nadamos en la abundancia y en el derroche. Estos tipos representan la más pura esencia de la explotación capitalista, y, como es lógico el Gobierno se protege y escuda en tal petición-exigencia europea. Le dan hecho el trabajo. Son implacables, crueles e inhumanos. Nunca se les ocurre, por ejemplo, que, en tanto dure la crisis y para salir de ella, nadie, absolutamente nadie, gerifaltes incluidos, ganará más, ni menos, de mil euros al mes. No, o, eso es socialismo peligrosísimo, y además se pueden acostumbrar. Mejor la injusticia social apoyada en abstrusas razones económicas.

Evidente e incuestionablemente con Franco no se vivía mejor en ningún supuesto, pero con la Unión Europea empieza a ser dudoso que vivamos mejor que antes de entrar en ella. ¿Cuántas vueltas de tuerca/ka quedarán para que la indignidad absoluta se adueñe de los dirigentes europeos y españoles?

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