Puntadas sin hilo

Halloween y el PSOE

Pasados Halloween y el Día de difuntos, el PSOE se aprestará a celebrar su Conferencia Política, que supone el último esfuerzo, posibilidad, de renovación o hundirse en las tinieblas, y también y a la vez de que España disponga de una oposición coherente, alejada del disparate que hasta ahora es, y de recuperar crédito como opción de Gobierno.

Se han presentado miles de enmiendas al larguísimo texto de proyecto, se ha propuesto una cincuentena de medidas concretas, pero no se habla ni de la renovación de sus cargos dirigentes ni de fecha de celebración de primarias para la elección de candidato a la Presidencia del Gobierno (que ha de aceptar en su día lo que la Conferencia disponga, cual Prometeo encadenado). No es de extrañar, pues, que los simpatizantes estén con el recelo puesto. Temen que todo se reduzca a una fiesta pospuesta y siniestra de Halloween y una celebración del Día de difuntos políticamente vivientes.

Es difícil que, con la sola presentación, debate y aprobación prevista del proyecto, sus posibles y pretendidos votantes le otorguen confianza, olviden sus errores sin abjurar plenamente de ellos y de quienes los causaron, y den por bueno que cumplirán lo que prometan y recojan en el proyecto resultante y antes no hicieron, prometieron o cumplieron.

Ésa es la apuesta, con candidato designado o sin él. Pero ¿cómo se consigue? No solo lo machacarán sus rivales, sino que los propios militantes, siendo benévolos, dudarán. Desde luego no contribuirá a alejar el temor el hecho de que al final permanezcan las mismas caras y popes y popillos de siempre. Cierto que resulta difícil la aparición de nuevos aspirantes cualificados, sobre todo si no se les facilita el camino, pero cierto también, y más cierto, que a los viejos y eternos valores les colgarán calabazas y que es mejor un alevín que unos vetustos y viciados mandatarios. La gente, la sociedad española, los militantes, los simpatizantes, no los quieren más. Así de claro y crudo. Ya podrá ser una maravilla el proyecto aprobado, con la incertidumbre de su cumplimiento y lo fácil que es prometer, que los españoles no lo aceptarán. Todo quedará reducido a que unos dirán que los votarán para que no continúe el actual Gobierno, y otros que no les votarán para que todo no les votarán para que todo no sea más de lo mismo. Y otros, muchos, muchísimos, que se pasen a otras opciones menos gastadas. Los capitostes aún están a tiempo de evitar el aquelarre y los fuegos fatuos de la cremación del partido.

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Gota IPC: Han bajado los precios. Enhorabuena.

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