Puntadas sin hilo

La indecencia de escribir memorias

Es una indecencia que los ex presidentes de Gobierno, todos, sin excepción, escriban sus memorias, cobrando además importantísimas cantidades de dinero, y con las que tratan de justificar lo que hicieron o no hicieron durante su mandato. Debería estar prohibido - si, ya sé lo de la libertad de expresión - puesto que se lucran con lo que nos ocultaron y sin que ello fueran secretos llamados de Estado y sí una clamorosa falta de transparencia en su gestión. Cuentan lo que les conviene y cuando les conviene y no cuando nos convienes a los ciudadanos.

El señor Rodríguez Zapatero publica ahora las suyas e intenta convencernos de que nos salvó de la ruina. Menos mal que Belén Esteban lo vapulea económicamente con la venta de las suyas, lo cual, por cierto, también muestra el interés de las clases populares por la cultura.

Cuenta el señor Rodríguez Zapatero que, como Pedro, hasta tres veces negó a la señora Merkel pedir el rescate de España, no aceptando, como buen Judas insobornable, las 30 monedas que Europa estaba dispuesta a ofrecernos. Ello nos condujo a ser hipotecados de por vida con el famoso artículo 135 de la Constitución, fuente de nuestros males. No tuvo el señor Rodríguez Zapatero el coraje político suficiente para anunciar entonces la presión de Merkel y someter a referéndum si los españoles estábamos de acuerdo o no con la medida, y explicando hasta la saciedad, como en su día hicieron con la OTAN, las ventajas, y desventajas si las hubiere, de la decisión de garantizar constitucionalmente el pago eterno de nuestra deuda engañosamente adquirida. Resulta infantil alegar urgencia máxima en la decisión; no existe negociación alguna en el mundo que no conceda plazos para fijar posiciones. Probablemente los españoles lo habríamos entendió y habríamos dado el OK. El sufrimiento tendríamos que haberlo decidido nosotros y no los Estados Unidos ni la señora Merkel ni él sin consultarnos. Pero no; prefirió crucificarnos él solo, anegando su meritoria labor anterior. De haberlo hecho, posiblemente habría ganado las inevitables elecciones posteriores.

De modo que no venga ahora con mandangas. Para la decisión más trascendental de su mandato nos ignoró, confabulado con el entonces líder de la oposición Mariano Rajoy, quien naturalmente se frotaba las manos porque le dejaba abierto el camino hacia el Gobierno y su posterior hacer lo que le viniese en gana, encima salvador.

Me duele cada euro que cobre el señor Zapatero. Como acicate añadido tal vez haya una parte de vanidad en la publicación de sus memorias, tal vez también habrá el deseo de que la Historia no lo machaque. Pero el hecho cierto es que por una veleidad arrogante, aquí estamos los españoles sin ser dueños de nuestro destino y con nuestra bienestar demediado. Y sin cobrar una perra de derechos de autor aunque fuimos y somos los paganos. Debería donar a algún comedor social los seiscientos o quinientos mil euros de anticipo. Porque los españoles ya le hemos juzgado. Él nos trajo esta brutal derecha.

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