Puntadas sin hilo

Los políticos españoles piden perdón de rodillas

Ayer lo pasé estupendamente viendo Sálvame, El Príncipe, El secreto de Puente Viejo, Pasapalabra y La Ruleta de la fortuna. La mujer que viene a limpiar me dijo que en otra cadena unos señores estaban hablando en una especie de media plaza de toros, pero que no entendía nada de lo que decían. Daba la impresión de que se peleaban, me aclaró, y unas veces aplaudían los de un lado y otras los del lado contrario. Le dije que seguramente era el Debate sobre el Estado de la Nación y que aquellos señores, y señoras, eran los diputados que nos representaban a todos. Pues suena fatal la palabra, me contestó mientras me cocía un huevo para cenar. En esto me llamó un amigo para preguntarme qué me había parecido el debate y le dije que no lo había visto porque no me había acordado. Pues no sabes lo que te has perdido, se han echado la culpa unos a otros, y aún no ha acabado y se rumorea que al final todos se van a poner de rodillas, como los policías ucranianos, y le van a pedir perdón a los españoles por todo el daño que les han inferido y prometer que desde ahora se van a ocupar en serio de resolver sus problemas. Rápidamente encendí el televisor y me tragué todo el final, esperando a ver el arrepentimiento colectivo. Como no había partido de fútbol importante pensé que terminarían pronto y así fue, pero de pedir perdón y arrodillarse, nada, al contrario, salieron disparados. Soy insomne y me pasé la noche imaginando lo hermoso que hubiera sido y preguntándome si los habríamos perdonado de haber ocurrido. Creo que no, que no les habríamos perdonado, pensé mientras me levanté a mear. Ya no nos fiamos de ellos. De ninguno. Prometan lo que prometan y digan lo que digan, aun sabiendo que los políticos son imprescindibles.

Recordé que mi amigo también me había dicho que Rubalcaba había estado demoledor con algunas aseveraciones que apunté en una libretita. Por ejemplo, había empezado preguntándole a Rajoy ‘¿Pero en qué país vive usted para venir aquí tan triunfalista?’, o ‘Usted con sus decisiones representa la apoteosis de la desigualdad’, ‘Es inexplicable que esté usted tan contento teniendo debajo tanto sufrimiento’, que es la que más me gustó, ‘¿De qué presume usted, de su contabilidad B durante 20 años?’, ‘Miente tanto que miente hasta por mí, afirmando cosas que yo no he dicho’, La reforma laboral, como me dijo un joven en Santander, consiste en que a mi padre lo despiden al cabo de 30 años con una indemnización de 20 días teniendo un contrato fijo para contratarme a mí con un contrato temporal y por la mitad de salario’, ‘las mujeres no necesitan que usted sea su tutor, o la puntilla final cuando recordó lo que Rajoy había escrito: ‘Es un hecho innegable que los seres humanos son esencialmente desiguales’. Ahí me quedé grogui y me dormí. Nunca supe de dónde vino el rumor de que se iban a arrodillar para pedir perdón. Nunca supe si los habríamos perdonado o no. Nunca supe que habrían hecho ustedes.

Por la mañana, las radios y los periódicos dijeron que había ganado Rajoy. También intervinieron Cayo Lara, Durán i Lleida y Rosa Díez, pero nadie les hizo caso. Me dijo mi amigo que Cayo estuvo vulgarote, pero tiene el inmenso capital de su virginidad política frente a la corrupción y una cierta renovación efectiva aun dentro del sistema..

Me dicen que el debate aún no ha terminado y continúa hoy. No lo puedo ver porque tengo que ir a hacer footing, pero a lo mejor al final sí que piden perdón arrodillados todos en la puerta del Congreso. Ya me contarán.

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