Puntadas sin hilo

No se había disuelto

No son buenos tiempos para la lírica de defender a la izquierda ante los triunfos constantes de la derecha y de la extrema derecha en Europa, el último de los cuales tuvo lugar ayer en Francia. España es una unidad de destino en lo europeo.

Y sin embargo, defender a la izquierda constituye una necesidad biológica y moral, al menos en mí. Porque si algo define a la derecha española en su gremio político son las palabras Bestias, soberbios y sin un mínimo de ternura. No es que uno sea hermanita de la caridad ni rojo desalmado ni facha recalcitrante. Pero uno no se muestra insensible, por un poco de solidaridad, ante la desventura ajena. Y este Gobierno es un maestro en el arte de la crueldad. No muestran ni un ápice de ternura hacia los ciudadanos maltratados y humillados. Su insensibilidad social resulta repulsiva. No hay más que ir recordando uno por uno los ministros (y ministras, que no se quedan a la zaga). Repásenlos ustedes y no verán un átomo de humanidad ni en sus caras ni en sus actuaciones. No expresan el menor signo de incomodidad ante tanto sufrimiento como causan. Se muestran impertérritos, sonrientes incluso e la mayoría de sus hazañas políticas. No tienen la menor cordialidad, el sienten el menor afecto, son vulgarmente arrogantes. Esa sola razón ya sería suficiente para repudiarlos. Yo no quiero que me traten como a una bestia.

Voy a hacer estriptís ante ustedes: les confieso que lo único que yo quiero es que no gane la derecha. Me da igual que gane el PSOE o IU. Decir que el PSOE no es izquierda me parece una simpleza, con todo respeto hacia quienes estiman lo contrario. En todo caso el PSOE no es el PP, basta ya de confusionismos malintencionados. Naturalmente que ha cometido errores brutales, el último ayer mismo con la veneración a los antiguos mandos en el acto de presentación pública de la candidatura europea. Elena Valenciano rodeada de jarrones chinos, qué difícil es matar al padre, se podría haber denominado. Pero, al menos, el PSOE no huele a ordinariez ni crueldad como el PP. Al menos también y por boca del candidato a la presidencia de la Comisión europea, se preguntan si no será que son ellos quienes han abandonado a sus votantes y no al revés. Al menos están vivos, no se han disuelto, están en la batalla de sus luchas internas.

No, el PSOE no es la derecha, lo siento. Para el pensamiento español solo lo serían si se integrasen y pactasen con el PP acuerdos de Gobierno, que no de Estado. Ellos lo saben, y conocen que sus votantes no se lo perdonarían, por mucho que en Alemania ocurra. Ellos decidirán. Deben saber, y en el fondo lo saben, que ellos e Izquierda Unida son al menos primos hermanos. Ninguno de los dos rompería la familia, ambos tendrían que ceder. Porque es evidente también que IU no está en condiciones de recibir el apoyo popular necesario para gobernar por sí sola. Mis amores se reparten entre los dos, y ojalá mi pública confesión tuviera algún eco. No me considero un maximalista de la perfección, mis ambiciones son más modestas, quiero vivir la realidad posible de mi país. El estriptís ha terminado.

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Gota MISTERIOSA: ¿Alguien podría explicar por qué se rescatan las autopistas en quiebra, propiedad de empresa privadas?

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Gota INCÓGNITA: ¿Quiénes serán más, los votantes a los que ya no les gusta el PP pero le votan para que no gane el PSOE o los votantes a los que no les gusta el PSOE pero le votan para que no gane el PP ni aumente IU?

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