Puntadas sin hilo

España, país de cenizos

Dice Rajoy, refiriéndose al paro y a la situación general de España, que no se puede ser un optimista absurdo pero tampoco un cenizo. O sea que hay cinco millones de cenizos, que es el número de parados, casi seis según la reciente y prestigiosa EPA. A los que hay que añadir los 111.565 españoles que tuvieron trabajo en abril y ya no lo tienen, pasada la Semana Santa. Aparte de que los cinco o seis millones de parados son personas que traen o que tienen mala suerte, que es el significado exacto de la palabra cenizo o su sinónimo gafe. Ya saben, el paro en España es cuestión de mala suerte y gafe. ¡Eso es sabiduría política!

Lo que no explica el señor Rajoy, ni desgraciadamente nadie, es qué va a hacer, qué hay que hacer, para que tantos cenizos desaparezcan. Ni por qué en todos los países de Europa, salvo Grecia, hay la mitad de cenizos que en España. El 70% de los españoles somos cenizos por nuestros méritos y no por tener estos políticos incapaces y arteros. Somos cenizos puros, la mala suerte nos persigue o la traemos nosotros mismos. Claro que hay unos que son menos cenizos que otros, los que están en el machito por mor de la acción del Gobierno y evitan la desigualdad económica y social. Porque también dice el comedido optimista Rajoy que al llegar se encontró un país en quiebra y ha conseguido que cambie la tendencia. Evidente: más pobreza, más deuda, más déficit, más desigualdad, en suma. Una legión de cenizos. Solo Rajoy y sus fieles no lo son. Ellos son los elegidos. Por su esfuerzo, por sus manipulaciones, por sus patrañas.

Reducir la política de un país a una distribución de cenizos o gafes es, además de estúpido y cruel, una ignominia. Está todo el mundo con los huevos en la garganta y viene este tipo a dar opiniones de curandero barato y timador. El paro es esa charca en la que chapoteamos de modo innoble. El mayor cenizo de España es el señor Rajoy. Nos ha traído la mala suerte de la mentira y la discriminación. Nos ha traído desasosiego, irritación, resignación, desconfianza. No se puede ser más cenizo. Por cierto, los casi nueve millones de pensionistas perdieron un 2,35 % de poder adquisitivo en los dos años de Gobierno del Cenizo Mayor del Reino, y muchos aún le votan. Cenizos que son.

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