Puntadas sin hilo

Si yo fuera mujer

Si yo fuera mujer, en ningún caso aceptaría que un machista ganase unas elecciones que va a ganar para humillación de las mujeres. Y menos después de disculparse en falsete como si fuese en un colegio de párvulos majaderos, ay, ay, ay, no lo volveré a hacer, al igual que hizo el Rey con su famoso No volverá a ocurrir, que resultó más convincente que la disculpa de Cañete. Hay cuestiones en las que no cabe el perdón y solo cabe la condescendencia. Condescendencia por otro lado forzada puesto que no está en tu mano de mujer retirarle la candidatura. Como en las decisiones judiciales de maltrato, lo menos que habría que hacer es prohibirle acercarse a 500 metros de las listas y, desde luego, echarle del piso de las elecciones.

Pero no va a ocurrir eso, las va a ganar al recibir la indulgencia y complicidad de los directivos de su partido y de los millones de mujeres que les votan aunque se hunda el mundo y la dignidad mínimamente exigible. En esta vida hay disculpas para todo, y más en política, ese antro de lo tenebroso. El PP se habría reivindicado si hubiera relevado fulminantemente a Cañete y lo hubiera sustituido no por el número 2, Esteban González Pons, sino por la mujer que ocupa el número 3, Teresa Jiménez Becerril. Es terrible, pues, la huida hacia delante de partido y mujeres militantes y votantes. Lustros de avance destruidos. La mujer como objeto electoral y político. Naturalmente, la primera disculpa que se les viene a la cabeza es que ha sido un lapsus. ¿Alguien cree de verdad en la sinceridad de lo dicho por Cañete esta mañana en la amiga Cadena Cope?

Falta por ver si Europa también lo cree. Si lo admitirá como Comisario. ¡Lo que le faltaba a Europa, un comisario con deslices machistas! Pero, como en Granada, todo es posible en Europa. La dimisión voluntaria le hubiera honrado a Cañete, que volvería a apellidarse Arias. Habría demostrado que la política puede ser limpia. Habría sido su reconciliación y su gran homenaje a todas las mujeres de España, y de Europa, las que le van a votar y las que no. Una vez más, la democracia española queda ensuciada con esta nueva y vieja forma de corrupción mental. Si yo fuera mujer, al meter el domingo la papeleta en la urna me quedaría el regusto amargo de cómo me tratan los que van a ganar. A lo mejor incluso me entraba en el último momento un rapto de lucidez y desistía de votar. Yo al menos me redimía. Pero ni los milagros ni las decisiones racionales existen en esto de la política mercenaria. Es mejor hundirse en la charca de las disculpas y las iniquidades. Si yo fuera mujer, seguro que iría a votar contra Cañete. Si ninguna mujer se abstuviese, el resultado cambiaría. El PP gana porque las mujeres lo permiten.

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Gota TWITTER: Mi posición: 1. Creo que sí hay que perseguir las injurias, calumnias, e incitaciones al odio y otros delitos que se cometan en twitter, como un medio de comunicación más que es. 2. Creo que es absolutamente suficiente la legislación en vigor. 3. Pero no se puede iniciar una caza masiva de brujas. 4. Y en todo caso, esa persecución ha de ser sin distinciones ideológicas y no selectiva ni abusiva para infundir miedo general a la libertad..

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