Puntadas sin hilo

Sáenz de Santamaría acusa a Podemos de debilitar la democracia

Muy acochinado debe de estar el Gobierno para que la vicepresidenta acuse al nuevo partido Podemos de debilitar la democracia. Y de decir lo que la gente quiere oír. Estaría bueno que hiciera como ellos, que dicen una cosa y hacen otra, justo la que la gente no quiere oír. Eso sí que debilita la democracia y la confianza. Es más, la deja a los pies de los caballos. Podemos apenas ha iniciado la carrera y ya es favorita en las apuestas del pueblo. Sin látigos ni espuelas clavadas en los ijares del bienestar de la gente. Esta ya veterana jockey de la política utiliza la artimaña de llamar populismo y descalificarlo a todo lo que no les gusta y temen. Argumenta que las propuestas del neófito son irrealizables. Posee la ciencia infusa de saber qué es realizable y qué irrealizable. Cuando lo único realizable es lo que el pueblo quiere. O al menos intentarlo sin engaños y con decencia. Podemos está por ver. El Gobierno y el PP están vistos. Han dejado la democracia en cueros, sin silla y sin estribos. Cualquier jinete indio lo hará mejor montando a pelo. Antes de que lo confinen en la reserva. Gracias a Podemos la democracia en España vuelve a ser un sueño. Gracias al Gobierno es un campo yermo. Han instituido la desesperación, la resignación y el miedo. Podemos abre la posibilidad de enmendarlo. Porque los ciudadanos, el pueblo, no le permitirán que se desboque, no como se le ha permitido al Gobierno, que ha configurado el mayor escándalo de desigualdades sociales y económicas. A Podemos le exigiremos que rinda cuentas de todos y cada uno de sus movimientos y en todo instante. Al Gobierno sus votantes le toleraron la quiebra política y ética de España. Podemos es una apuesta, Santamaría y el Gobierno son la voz de su amo, los venenosos y aniquiladores poderes financieros. Podemos es David, el Gobierno y los suyos, Goliat. Veremos. Pero nada nos privará del placer y la decencia de votar a David. Por mucho que Santamaría quiera apuñalarlo. Sí, están acoquinados, acochinados, pero aún no se sabe quién es el cerdo. La vicepresidenta, con todo cinismo, terminó diciendo que "los políticos somos gente normal, que también tenemos problemas para llegar a fin de mes". Pero eso no es populismo, eso es simplemente un asalto a la democracia. La quieren monopolizar. Nunca he sabido por qué el populismo es malo. Sobre todo cuando es el populismo de todo un pueblo.

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Gota del HORROR ETERNO: Un minuto de protesta, tras otro y otro, por el dolor inferido a Palestina. Tal vez el único conflicto de la historia de la Humanidad sin solución posible.

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