Puntadas sin hilo

192.400 españoles afortunados

192.400 españoles han encontrado trabajo de camareros, albañiles y cajeros de supermercado, muchos de ellos licenciados en economía o doctores en Físicas. Todos a tiempo parcial y parcialísimo, para pasar el rato en algún chiringuito, andamio o caja registradora de una moderna tienda de ultramarinos. Mejor es esto que nada. Naturalmente. También es mejor comer de lo rebuscado en los contenedores de basura que no comer nada. El Gobierno debería pedir por estos datos en lugar de su triunfalismo. Son vergonzantes y humillantes. Ni un atisbo de nuevas profesiones. Lejos de los países emergentes o consolidados. España es un chiste. Un penoso y macabro chiste. Ocultan los que se han ido, en una nueva emigración obligada. Ignoran a los que ya han desistido, hundidos en la desesperanza. Y sobre todo se vanaglorian de facilitar trabajos miserables, al socaire de una reforma laboral exterminadora de derechos y decencias. Sin convenios laborales, a capricho del empleador. Que prohíbe ponerse enfermo. Con horas y horas regaladas. Con la espada del despido pendiendo. Sin un plan de estructuración. Abusando de las normas o liquidándolas. ¿Qué futuro nos espera? El del empobrecimiento resignado. Si se convocan 50 puestos de trabajo se presentan 20.000 pretendientes. Y estos chulos se pavonean. No, no somos Europa. Tenemos y seguiremos teniendo en los próximos cincuenta años el triple de paro que ellos. ¿Por qué? Nadie lo explica, nadie lo impide. ¿Qué hacen para evitarlo estos gestores de lo público y el mínimo vivir? Lo han convertido en una batalla política. Son incapaces de arbitrar un proyecto racional y conjunto. Quieren la exclusiva del éxito añorado. El verano les sonríe, aunque pronto llegará el otoño. Mientras tanto, gozan. Mientras los 192.400 afortunados se libran y 5.622.900 se desesperan con respiración asistida o incluso muchos, muchísimos, ya sin ella. No han entrado en turno. Ellos, los gerifaltes políticos, sí. Con sus móviles, sus tabletas y sus ADSL que les pagamos. ¿Sabe el Gobierno cuántos lectores se han dado de baja de este mismo blog por no poder pagar la conexión a internet? Empleos de mierda, esclavos felices, como en la ópera, políticos felices y de mierda, como en la vida. España, paraíso de la incompetencia y el trágala. España, ese contenedor de la basura de la historia laboral. 192.400 mendigos de trabajo han recibido una limosna, y el donante se siente satisfecho, magnánimo y con la conciencia reconfortada. No hay trabajo, y trabajo serio, porque no quieren. Así de claro. Son unos mangantes. Presentan la degradación laboral como un triunfo. Los odio y por eso hay que sustituirlos al igual que ya sustituimos a los también incompetentes anteriores. Aunque el chiringuito de Rajoy, para sus ciegos adictos, sea un éxito.

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