Puntadas sin hilo

La democracia no puede crecer en la sospecha permanente

A la (larga, larguísima) espera de que los tribunales decidan, y como no podría ser de otra forma en un Estado de Derecho, resulta difícil no creer que los altos y altísimos cargos de la Junta de Andalucía no conocieran las irregularidades de los ERE y de los cursos de formación, ni que los altos y altísimos cargos del PP no conocieran la doble contabilidad ni el cobro de sobresueldos, o que los altos y altísimos cargos de la Generalitat catalana no fueran conocedores del cobro del 3% de comisiones de todo lo concedido o los trapicheos y enriquecimiento de la familia Pujol, ni que los altos y altísimos cargos de la Comunidad de Madrid no supieran de las fechorías de la trama Gürtel, ni que los altos y altísimos cargos de la Comunidad valenciana ignoraran los desmanes cometidos en todos los campos, ni que los altos y altísimos cargos de las islas Baleares no tuvieran conocimiento de las irregularidades de sus polideportivos o las andanzas de Iñaki Urdangarin, ni que los altos y altísimos cargos de la Xunta de Galicia ignoraran..., ni que los altos y altísimos cargos de la Comunidad murciana no supieran... Ello invalida a España y a sus gobernantes.

Si por los ciudadanos fuera, y sin esperar a lo que sentencien los tribunales, se puede afirmar que todos los altos y altísimos cargos de España serían condenados sin remisión y deberían, en el sentir popular, ser apartados de la vida pública, y sus partidos quedarían sometidos a interdicción, sin posible regeneración ni pervivencia. El que hace un cesto, hace ciento. Si se hiciera un referéndum, el 70% de los ciudadanos los condenarían y se quedarían tan frescos. Solo se salvan los no citados, y aún habría que ver.

La democracia no puede desarrollarse en la sospecha permanente. Y no vale decir que es fuerte precisamente porque la justicia, aunque tarde y mal, actúa. Actúa gracias a la tenacidad y el sentido profesional de los propios jueces, como es el caso de la juez Alaya, que acaba de remitir al Tribunal Supremo la parte del sumario en que están implicados los expresidentes Chaves y Griñán y siete altos cargos más, todos aforados, ese privilegio esperpéntico y clasista de la regulación política de la justicia. La justicia no puede ser la hermana putativa de la política. La única regeneración posible es empezar de nuevo desde cero. Sin los viejos partidos, sin los manidos políticos.

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Gota SENTIMENTAL: Princesa es una niña negra guapísima e inocente de un año y medio que ayer llegó a las costas españoles sola y en una barquita de juguete. Así la bautizaron las voluntarias de la Cruz Roja que la recogieron. Sus padres, involucrados en una pelea con la policía marroquí, no consiguieron subirse a la barca y solo lograron aupar a Princesa. ¿Qué será de Princesa? Joaquín Sabina debería revisar su canción en una nueva versión de homenaje a la nueva princesa. Y Letizia debería interrumpir su veraneo e interesarse por ella, para que no la recluyan en un Centro de Internamiento ni la devuelvan a sus padres si la reclaman. Letizia tiene el suficiente enchufe para que Princesa y sus padres sean acogidos en España.

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