Puntadas sin hilo

El oficio de columnista

Lo peor de ser columnista es que hay que ejercer de adivino, como si el análisis del presente y del pasado nos condujera indefectiblemente al conocimiento del futuro. Todos presumimos de saber qué va a ocurrir en el próximo tiempo, ustedes, lectores, columnistas voluntarios de opinión, también. Unos creen que el PP seguirá ganando con holgura, con o sin mayoría absoluta. El PSOE cree que por fin está en la remontada y volverá a cambiar España. IU trata de rejuvenecerse para en el peor de los casos ser soporte imprescindible. Quienes apuestan por Podemos están seguros de remover las entrañas de nuestro sistema e implantar una nueva concepción de la vida y la política. Pero el hecho cierto es que nadie está seguro de que ello vaya a ocurrir. Nadie se atrevería a apostar su dinero. Son actos de fe, intenciones, deseos. Lo mismo que nadie se atreve a vaticinar qué ocurrirá en Catalunya. O con la recuperación económica. Todo es una incertidumbre, sin que la lógica sea decisiva. Ni siquiera el pueblo, desorientado y cloroformizado, será árbitro.

Y encima conviene ser optimista. Aunque veas que la gente se ha apalancado en la resignación y el conformismo. Es dudoso que la gran masa quiera asumir los riesgos de cambios sustanciales, y es probable que se decida por la continuidad, mejorada si fuera posible, y si no, aceptada como mal menor inevitable. La gente se ha acostumbrado a su modo de vida. Al final, a la hora de votar, la revolución de las ideas asusta. Mentalmente argumentarán el consabido "Más vale malo conocido que bueno por conocer". Romper este estúpido aforismo o refrán no es fácil. Somos ética y políticamente corruptibles. Por desgracia, los progresistas de pensamiento son minoría. Y ya se sabe que ‘nunca nadie convence a nadie de nada’. Nadie variará sus posicionamientos ideológicos y políticos; en este sentido, los españoles no son nada cambiantes ni chaqueteros. Los ciudadanos más críticos, cual columnistas del absurdo, se limitan a repetir con insistencia que esto no es una democracia, y con ello liberan sus conciencias y se consideran exculpados de todo compromiso, sin aclarar en qué consiste e ignorando que existen más de 60 partidos y se vota en libertad, e incapaces de señalar algún país democrático en el mundo a imitar, salvo el ridículo y socorrido ejemplo de Islandia.

Lo único sensato que un columnista honesto puede hacer es dudar de las certezas, no confundir deseos con realidades, y mantener vivo el milagro del optimismo por si suena la flauta. España, un acertijo, un jeroglífico.

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Gota ETERNA: Nada cambia:
1. El ex consejero de Empleo de la Junta de Andalucía imputado se siente respaldado pro Pedro Sánchez.
2. El alcalde de Barcelona, Trías, advierte al Estado del 'riesgo de prevaricar' si frena la consulta.
3. Pujol intenta que el juez no acceda a sus cuentas.

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