Puntadas sin hilo

Las críticas a Podemos

Antes de nada debo decir que soy amigo de Joaquín Sabina, y por ello mi opinión sobre su comentario crítico a Podemos puede no ser objetiva. Pero creo que sus palabras son certeras y adecuadas. Y creo también que la respuesta del Alfonso Guerra de Podemos, es decir, Juan Carlos Monedero, ha sido improcedente y desafortunada. Aconsejar a Pablo Iglesias "reciclarse un poco y adaptarse al siglo XXI porque su discurso resulta demasiado marxista" es necesario. Decir eso no es estar contra Podemos. Ésa puede ser causa principal del éxito o del fracaso del nuevo partido. No ser comunista no significa ser anticomunista. Yo mismo lo he manifestado en dos artículos de los varios que llevo escritos sobre Iglesias y su organización.

Si, con el mejor ánimo de mejora, no se puede criticar a Podemos, desde luego para mí quedarían descalificados por su estupidez y su soberbia, igualándose a los partidos políticos tradicionales. Si algo hermoso debiera ser neurálgico en Podemos es que todo el mundo de buena voluntad pueda expresar sus críticas con libertad. Y si sus dirigentes o representantes no lo aceptan y se soliviantan, yo mismo, mucho más humilde que Sabina y Toledo, también me apearía. Todo menos la adhesión acrítica. Hasta ahí podíamos llegar. Esperemos que Iglesias reconvenga a su impetuoso segundo.

En el artículo de ayer, preguntaba yo si estamos mejor o peor que hace dos años, y, frente a la opinión casi unánime de los lectores insistiendo en que estamos peor o mucho peor, el sabio comentarista lombardo resumió: "Estamos mejor porque existe Podemos". No destrocemos esta esperanza. Podemos es la esperanza de millones de españoles, y como también ha recordado el lector Arlekín en palabras del gran Miguel Hernández ‘Dejadme la esperanza’. Pero la esperanza no es fanatismo, sino crítica razonada. Monedero replica y aconseja a Sabina que se dedique a lo suyo, que, por cierto, ¡ya quisiera Monedero que Sabina le dedicara una canción a Podemos, como si fuera el Atlético de Madrid! Y también se le puede aconsejar a Monedero que se dedique a lo suyo, que, desde luego, no es desestabilizar sino dejar las cosas bien definidas y claritas en intenciones y decisiones en el proceso organizativo de las asambleas a celebrar desde el 15 de septiembre al 15 de noviembre. Ahí sabremos si Podemos tiene futuro o se queda en una falsificación de la esperanza. Algunos decidiremos entonces nuestro voto si las intemperancias atrabiliarias de Monedero se han calmado, y efectivamente Podemos nos deja la esperanza y la posibilidad crítica, que no la sumisión y un nuevo fanatismo.

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