Un éxito para el 17% de electores que ya se sabe que lo apoyan, y un fracaso porque es dudoso que ese 17% se haya ampliado tras el desarrollo y conclusiones de la Asamblea.

Y sin embargo ese aumento es decisivo para ejercer verdadera influencia en la política española. Pero no han ahuyentado el miedo a las connotaciones marxistas, que la mayoría del pueblo español rechaza. Aun siendo muy válidas, y desde luego posibles, las propuestas del esbozo de programa que presentaron y que suponen una vuelta a la racionalidad democrática, sin querer destruir —así lo entiendo yo— el sistema. Pero, insisto, la gran mayoría difícilmente las aceptará, y eso no lo han conseguido, o no han querido, clarificarlo. El gran peligro es que se quede como un partido complementario, una especie de Izquierda Unida agrandada, y al final solo se quede en un latigazo, un impulso, un revulsivo sin consecuencias prácticas.

Les dirán que ya no cumplen con lo que habían prometido de no pagar la deuda y de olvidarse de la implantación de una renta básica. Sus enemigos, que son casi todo el espectro político y mediático, no les concederán la coherencia de la rectificación, o por mejor decir, aceptar lo que sus seguidores decidieron rectificando lo que sus líderes habían propuesto de inicio. Aquí no valdrá el rectificar es de sabios. Racionalizar el pago de la deuda imposible no les parecerá suficiente a los enemigos. Sí, enemigos y no adversarios. Abandonar extremismos, como han hecho, tampoco les valdrá. Son el demonio con cuernos y no habrá quién se los quite.

Tampoco la estética les ayuda. Por ridículo que parezca, los españoles quieren una estética tradicional en aspectos y formas, rechazan lo no convencional. No les gusta el tono de 'descamisados' que emplean y practican. Los quieren bien vestiditos.

De todas maneras, ahora comienza la verdadera batalla. Veremos si son capaces de convencer y su habilidad para sortear trampas. Veremos si efectivamente son el partido de la decencia, como y con acierto, se definen. Desde luego y en principio, más decentes que los otros sí que son, y eso debería bastar para otorgarles confianza. Y todo lo que proponen es perfectamente realizable sin que las campanas tengan que sonar por nadie. Tendrán un muy grave problema económico. Hacer política no es gratis, los gastos son importantes, el dinero sale de los Presupuestos cuando ya estás consolidado y de los bancos en forma de créditos a pagar ya veremos cómo a no pagar. Pero quedas preso de los bancos. Podemos no quiere. ¿Podrá?

El éxito reside en la voluntad. Y la Asamblea la tenía. Fue su gran éxito. Les deseo suerte y talento. Yo, de momento, les votaré. No sé qué decidirán en lo de participar en las municipales. Ignoro qué será más conveniente.

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Gota TERESA: La parte buena de la enfermedad de Teresa, parece que ya felizmente recuperada, y de los infectados en EEUU, es que, por fin y al ver el virus en casa, los poderes políticos y sobre todo las grandes farmacéuticas, obtendrán la vacuna en brevísimo tiempo, aunque de paso se enriquezcan más.